Postrimerías
Ignacio F. Garmendia
Un drama
CASI medio siglo de carreras juntos. Como es lógico, el protagonismo suele ser del piloto, en este caso de Amador Jaén, 'Ganzo' en el mundillo del automovilismo, aunque en todo este tiempo, el responsable técnico del vehículo de Amador ha sido, Alberto García, Peyo en las carreras.
Alberto, más que un mecánico de coches de carreras, podría ser considerado como un artesano del motor, como le gusta decir a su inseparable compañero Amador. Ha preparado vehículos para correr en circuito, en rally, en montaña e incluso karts, donde empezó a pilotar su hijo Albertito, aunque hoy ya hay que tratarlo de don Alberto como al padre.
La afición al automovilismo en nuestra zona no puede ser entendida sin la aportación, siempre humilde, anónima, entregada de Peyo competición, es decir de Alberto García. Desde los 80, temporada tras temporada, ha estado vinculado a diferentes proyectos automovilísticos de índole amateur que se han desarrollado en la provincia de Cádiz. No solo con Amador, con quien empezó todo y afortunadamente aún continúa, sino que él ha sido responsable técnico de pilotos históricos como Paquito González, Bartolomé Herrera, Javier Galán, Gabriel Sanjuán o José Antonio Aznar, al que llevó a ser campeón de España de Montaña. Peyo competición, es decir Alberto, continúa en activo siendo sus pilotos Amador y Alberto hijo.
Pero quizás lo que dimensiona la grandeza humana y deportiva de Alberto García es su compañerismo extremo en las carreras, su furgón de asistencia y sus manos, que siempre están a disposición de todo piloto que necesite ayuda. En más de una ocasión se le ha podido ver reparando la avería de un rival directo en la carrera. Hasta la Federación Andaluza de Automovilismo le galardonó hace unos años por su trayectoria ejemplar como preparador de coches y su buen hacer en el automovilismo deportivo.
Puedo decir a boca llena que a mí me enseñó mucho cuando hacía el programa ‘Todo Motor’. Recuerdo pasarme muchas tardes en su taller o en el Club del Motor José Antonio Páez y acribillarlo a preguntas sobre cuestiones técnicas, sobre las competiciones, sobre pilotos... Hasta en cierta forma me podría considerar piloto del equipo Peyo Competición, porque durante años tuve la suerte de que me hiciera la puesta a punto de una cortacésped de gasolina que tuve. La máquina en cuestión lleva la pegatina oficial del equipo en el morro. Bromas aparte, la realidad es que en aquellos 90, no solo Alberto, sino Amador, Melero, Enrique, Manolo Fernández, Antonio 'Peluqui' me enseñaron todo lo que sé sobre el motor de competición.
Impulsado por Amador y secundado por una parte importante de la familia del automovilismo deportivo jerezano, este pasado sábado, Alberto García recibió un caluroso homenaje en el que se hizo un emotivo repaso a estos casi 50 años dedicados a una pasión. Homenaje al que me quiero unir desde esta columna. Una vez más, quedó evidenciado que su calidad humana supera a su innegable calidad como preparador de vehículos. Pero la vida continúa y como dijo en su intervención Amador Jaén: "Hermano, disfruta hoy que dentro de tres semanas tenemos carrera y te queda trabajo por hacer". Así que ya sabes, Peyo, pon a punto el ‘soplillo’ para que el ‘Ganzo’ se lleve el protagonismo en la carretera.
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