Mire usté, Jeré tiene dihtinta playa, ¿ehn?". Recuerdo con claridad al ex alcalde de Jerez Pedro Pacheco soltando al aire esta máxima pachequil cuyo primer propósito yo creo que era tocarle las narices y/o gónadas a vecinos como el regidor portuense Hernán Díaz, pero que también tenía por objetivo, o eso quiero creer, empezar a promocionar la ciudad como segunda línea de playa, término por el que se conoce de un tiempo a esta parte a los que no están a las orillas del mar pero casi pueden oler el salitre.

Los tiritos entre Jerez y El Puerto a causa del uso y disfrute, y casi casi de la propiedad intelectual de lugares como Valdelagrana vienen de muy lejos. Es verdad que ya hace décadas el jerezano era el principal poblador de determinadas parcelas de la costa portuense. Y esa invasión o desembarco estival no era muchas veces bien mirado entre algunos oriundos por aquello de a ver si estos se van a creer que la playa es suya. Cuentan, de hecho, que un conocido vecino de El Puerto se presentó en cierta ocasión en las oficinas de la Gerencia Municipal de Urbanismo de la plaza del Arenal. "Buenas tardes, venía a pedir una licencia de obras para un bar en Valdelagrana". "Disculpe, señor, pero Valdelagrana pertenece a El Puerto de Santa María". "¡Eso es lo que yo quería escuchar!", espetó el buen hombre. Y se fue de vuelta la mar de satisfecho.

Jerez tiene la enorme ventaja de estar en un salto (entre quince minutos y una hora como máximo en coche) en algunas de las mejores playas del país. Y, más allá de que lo puedan disfrutar los propios jerezanos, que eso está muy bien, supone un espectacular reclamo para los que nos quieran visitar en estos meses de canícula. Y parece que por fin ya se está aprovechando este filón. Lo dicen los hosteleros, que hablan de una gran presencia de turismo nacional en estos días (madrileños, vascos, andaluces de otras provincias…); lo dicen los datos de ocupación de los hoteles (cuyos precios pueden ser hasta un 50% más económicos que en primera línea de playa); lo dicen también las cifras del aeropuerto, que ya ha dejado atrás el mal sueño de la pandemia.

Así pues, aunque Jerez no tiene costa podríamos decir que de alguna manera tiene playas. Al igual que El Puerto no tiene circuito de velocidad y, sin embargo, es la más beneficiada por la motorada; o de la misma forma que los aviones que llegan al aeropuerto dejan pasajeros prácticamente en todo Cádiz. Al final se trata de relaciones de buena vecindad, de mirar más allá de nuestras propias narices, de saber que la unión nos hace más fuertes y que tenemos una gran provincia. De todos y para todos.