Por montera
Mariló Montero
Vox y Quasimodo
ES tal el revuelo que se ha formado con el Pregón de la Semana Santa de mi hijo José que lo han llamado desde Londres para que repita en privado y en inglés dicho Pregón ante su graciosa Majestad la Reina Isabel II.
El Papa reinante Benedicto XVI, enterado de la petición de la Casa Real Británica, ha dicho que "nanay, que antes muerto"; que el Pregón se tiene que dar el año próximo en el Vaticano y en lengua italiana, después de la Misa de doce del Domingo de Pasión.
Yo creo que se está exagerando un poquito porque el Pregón que me pareció buenísimo dado en Jerez, puede perder identidad sacado de nuestra tierra y expuesto a costumbres y mentalidades quizá no muy convenientes.
También hay que pensar que si se tiene éxito en Londres o en Roma, los Estados Unidos y Rusia se pueden molestar un poco y es posible que empiecen a desear el Pregón, traducido a sus propias lenguas, y eso va a ser imposible porque los chinos y los árabes también lo desearían. Y en este galimatías de lenguas se podría formar la tercera guerra mundial a causa de un pregoncito que dura dos horas nada más.
Si se tratara de una obra oratorial de veinticuatro horas, o de una semana incluso, ya sería cosa de pensarlo un poco más y ver qué se puede decidir.
La culpa de este posible evento la tiene el pensar que la Tierra es, como quieren algunos, una aldea global. Tal idea sirve para no decir nada, porque ni Nueva York ni Hong-Kong, con tantos rascacielos, se pueden comparar con una aldea global por muchas cabras que echemos a andar por las macrociudades.
El Pregón de mi hijo fue tan semanasantero que yo no le aconsejo que lo traduzca a idiomas que se escriben de derecha a izquierda porque no estamos hablando de partidos ni tampoco de idiomas que se escriben de abajo a arriba, que se pueden caer con tanto movimiento los santos y por un simple pregón nos podríamos quedar sin Semana Santa.
El Pregón está echo para lo que está echo, es decir: está escrito para la Cofradería y fue dicho para los que cabían en Villamarta. Lo demás eran emisoras de televisión y radio que dejan de hablar, a la hora del Pregón, de Belén Esteban y del juez Garzón y después continúan con sus rollos y con la instalación de la Feria.
Yo he pedido calma a la Unión de Hermandades porque no se puede precipitar una solución que aún no tenemos sobre la expansión de un pregón traducido a más lenguas que el Quijote. Y a tales lenguas habría que añadirle las malas lenguas que tiene la gente. Por ahora, después de consultar mi ya eterna sabiduría y mi estirada vida más larga que un día sin pan, le repito a mi hijo que libre su pregón de pasarlo a la aldea global, porque no son negritos ni indonesios los únicos habitantes de la tal aldea, sino que es el mundo entero y parte de la luna, en la cual ya existen apalabradas licencias de obra para hacer de nuestro satélite otra aldea global catorce veces menor que la tierra.
Es tanto lo que se le echa encima a la familia Gallardo que habría que repartir el trabajo pregoneril con el resto de mis hijos -Severo, Antonio, Milagrosa, Jesús y Juan Bosco-, porque José no da abastos para atender tantas peticiones de una y otra Hermandad.
Mi hijo Severo, que vive en Algeciras y es el mayor de ellos, escribe muy bien. Hace una prosa poética que para mí la quisiera yo. De versos se sabe de memoria el que le recitábamos de pequeñito por las noches: "Cuatro esquinitas tiene mi cama, cuatro angelitos que me las guardan".
Mi hijo Antonio, el tercero, es más bien músico que literato. Sin embargo como se crió en La Salle y ya sabemos la caligrafía que imponían tan extraordinarios Hermanos, que a todos los niños que salían de dichas escuelas, salían ya colocados para las bodegas, cuando teníamos bodegas en este Jerez desbodegado.
La tercera de mis hijos es una niña. Bueno, lo ha sido. Ahora es un ama de casa que hace unas tortillas de papas que más quisieran algunas hacerlas como ella. Y como ahora no hace falta ser varón para dar un pregón, puesto que existe memoria cofradiera de que contamos con dos pregoneras de la Semana Mayor, no haría falta ni que el Concejo de la Unión de Hermandades permitiera el tercer pregón femenino, que sería tan gallardo como el de todos sus hermanos.
Mi hijo Jesús, que canta y escribe letras y melodías como los propios ángeles, es el quinto de mis hijos. Yo le aseguro al señor Natera que no quedaría defraudado si, a cambio de veinte mil euros, mi hijo Jesús se sacara un pregón de la manga que podría provocar infartos de miocardio entre los espectadores más sensibles.
Y les hablo a ustedes ahora de mi hijo menor, Juan Bosco. Trabaja en Sevilla en la Dirección General de Bienes Culturales. Se sabe al dedillo, por haber buceado en la Historia del Arte, cómo era la Semana Santa en tiempos de Cervantes y del Lazarillo de Tormes. Ha salido, como el resto de sus hermanos, en la Hermandad de la Soledad siendo todos muy pequeños. Ha escrito ya varios libros muy apreciados en el mundillo del Arte. Y si no que le pregunten a los sevillanos.
Total: que hay pregones de sobra para cuando pase la crisis. Ojalá esta crisis que nos mata se pudiera solucionar a base de pregoneros Gallardo Quirós.
Pero lamentablemente los Gallardo no entendemos de política y vamos como ovejas que caminan con la intención de no votar porque ignoramos quien es el mejor timonel que necesita España.
Hoy Domingo de Ramos, salen a la calle la Borriquita, el Perdón, el Transporte, la Coronación y las Angustias.
Díganle ustedes a sus adolescentes hijos que no se detengan ante las cámaras de televisión para sacarle la lengua al cámara, que es lo mismo que sacársela a todo Jerez. Y díganle también a sus hijas adolescentes por favor que no se paseen por la Carrera Oficial con esas minifalditas tan exiguas que pueden alterar la sangre de cualquier nazareno, porque nuestros penitentes no son de piedra.
Feliz este Domingo de Ramos en el que va a haber sol hasta las nueve de la noche.
María Esplendores me ha jurado por la gloria de su madre que va a haber sol toda la semana.
¡Ah..! Perdone, señor Natera, para agosto me nace el nieto número veinte. Naturalmente irá a parar a la lista de posibles pregoneros, si es que usted los necesita allá por el año dos mil cuarenta…Tenga la garantía de que mis nietos sirven lo mismo para pregoneros lo mismo que para presentadores. Ya lo demostró mi nieto Antonio Gallardo en el pregón de su padre.
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