La ciudad y los días
Carlos Colón
Ministra fan, oposición Bartolo
Obituario
Quiero felicitar a la persona que en la noche del miércoles 4 de septiembre recibió un corazón que le dará unos años más de vida. Perdón, no solo quiero felicitarla, me gustaría leerle el prospecto de ese corazón para que funcione lo mejor posible.
Sintomatología: No debe preocuparse si sus gustos comienzan a cambiar, especialmente si usted empieza a ser una persona que disfruta con todo, que le encanta rodearse de buenos amigos y de las personas que quiere.
No se asuste si siempre siente ganas de ayudar a los demás y lo más importante de todo: haga caso si siente alguna “corazonada” que le lleve a inventar algo. Uno de los motores de ese corazón que usted ha recibido es una gran necesidad de inventar cosas.
También es posible que empiece a notar que siente cierta debilidad por el color rosa. ¡En todas sus tonalidades! No dude en ponerse prendas de este color, su corazón se lo agradecerá.
Me veo en la obligación de darle un consejo ante uno de los síntomas que tendrá con este corazón: aléjese de los vinos de Jerez. Especialmente del amontillado. El más mínimo contacto con este vino puede hacer de usted una persona amante de los vinos. De su olor, su color, su sabor… puede que sienta cierta necesidad de apuntarse a catas. Sobre todo a catas a ciegas.
Efectos secundarios: el corazón que usted ha recibido es un gran amante de la buena música. Póngale sobre todo música de los años 80, o rock and roll bueno, también flamenquito. No se asuste si de repente comienza usted a moverse de forma un poco rara, un poco….bueno, es su forma de expresar su amor por la música.
Comenzará a notar que le encanta el regaliz, y por favor, dele un buen arroz con leche, que no vale cualquiera.
Se lleva usted un corazón precioso. Un corazón muy, muy amado y que amaba intensamente. Un corazón que nos deja un vacío muy grande y del que no podemos estar más orgullosos. Generoso hasta el final.
Disculpe, una última advertencia sobre este corazón: no se asuste si le da un respingo o un vuelco al escuchar los nombres Jaime, María y sobre todo, Lioba. Eran los amores de su vida.
In memoriam Jaime Regife.
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