Hasta el rabo todo es toro

30 de diciembre 2025 - 03:04

Este artículo lo tengo chungo. Estoy de excursión con mi familia y la de unos amigos. Hemos llegado a nuestro superpoblado pequeño apartamento de alquiler a las tantas y no tengo sitio donde retirarme a escribir y los niños se ríen o se pelean o se pelean y se ríen, y mañana por la mañana temprano me espera un apretadísimo programa de actividades, ay, lúdicas. Además, es mi segundo intento. Escribí esforzadamente uno y, cuando ya lo había acabado, quiso sonarme familiar, y caí en la cuenta de que ya lo había escrito. ¡…Para el fin de año del año pasado! Era una encendida defensa de llevar un diario personal y leerlo en los últimos días del año y ver tu vida con una novedosa perspectiva. Siendo el argumento repetido, la perspectiva no podía ser muy novedosa que digamos.

Este artículo, pues, lo tengo chungo y, además, lo escribo pensando más que nada en irme a la cama; pero sonriéndome. Porque sé que saldrá un texto que merezca la pena. La idea, por lo menos, es muy apropiada a esta época del año: hasta el rabo todo es toro. Esto es, que aunque queden poquísimas horas para que yo tenga que mandar lo que sea que escriba a la redacción, no debo bajar los brazos. Si sale medio bien, elevará el nivel de mis columnas de este año.

Pero aunque no salga bueno, ustedes lo aprovecharán porque hasta el rabo todo es toro. Les quedan 48 horas del año 25 y éste se habrá dado mejor o peor, normal o regular, como los años suelen darse, con sus luces y sus sombras, pero si no se rinden a la fatalidad ni se resignan a esperar estoicos las doce campanadas hedónicas, todavía pueden coronar épicamente el calendario.

Piénsenlo. La memoria de los que nos rodean es tan corta y tan generosa que si nos ven encantadores estos dos días finales de diciembre capaces son de pensar en cuánto hemos mejorado en este 2025, y será verdad. En el esprint final se ganan muchísimas carreras, sobre todo si la llegada es en pelotón, como será, más o menos, la llegada a la meta de este año.

Miguel Ángel Buonarroti decía que el arte consiste en acabar bien las cosas. En los toques finales nos jugamos la obra. No nos precipitemos a felicitar el Año Nuevo o a desearlo próspero, que ya tendremos tiempo. Ahora disponemos de unas horas preciosas para rematar éste. Por lo pronto, ya he acabado el último artículo, ea.

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