Jerez Íntimo
Marco Antonio Velo
Jerez: Alberto Escudier, Tales de Mileto, discursos de odio y Félix de Azúa (y II)
Todo se entenebrece porque cada día se aclara más algún asunto muy oscuro. En consecuencia, el verdadero interrogante de la política española es a qué espera Feijóo para presentar una moción de censura. “¡Alma de cántaro!”, me dirá alguno, “está esperando a tener los votos suficientes para ganarla”.
Eso, que, en efecto, es así, es, si se piensa, muy raro. Sería como esperar para jugar la final de la Champions a tener el partido amarrado en los despachos por 2-1 como mínimo. A bote pronto no lo vemos extraño, imbuidos del espíritu de la época como estamos, pero lo gallardo y parlamentario sería ir a pecho descubierto y exponer tus razones, convencer a los señores diputados (que deberían gozar de libertad de voto) y ganarla o perderla en buena lid, si no con los votos , sí a los ojos de todos los españoles. Se ha perdido la fe en la fuerza de la razón y sólo se confía en la razón de los números.
Se sabe que a los diputados, cuyos sueldos dependen de sus respectivos partidos, es prácticamente imposible razonarles, pero con la moción cabe una victoria en la opinión pública. Le pasó a Felipe González contra Adolfo Suárez.
Así los antecedentes, si Feijóo no se lanza no es, supongo, porque le tenga miedo a Sánchez a estas alturas ni tema al fantasma de Hernández Mancha, sino porque le tiene un miedo doble a Vox. Para que nadie me acuse de predispuesto o motivado, lo explico. El discurso de Abascal siempre será más duro que el de Feijóo por razones personales, ideológicas y de posicionamiento partidista. Eso es natural, pero dejará a Feijóo en mal lugar ante una sociedad que en muy alta proporción quiere que a Sánchez se le canten las cuarenta.
Y, doblando o redoblando la dificultad, cuando se sumen los votos, se verá que el PP y Vox votan lo mismo; lo que a Feijóo no le apetece mostrar (no sabemos si por ahora o para nunca).
Lo de cuadrar los números con Junts, como están intentando desde el PP, no es sólo ganas de amarrar el partido antes de jugarlo, sino pavor de que la moción de censura muestre a la vez y con claridad meridiana dos cosas contradictorias: el moderantismo esencial de Feijóo y su cercanía a Vox. Lo de que no se sabe si sube o baja las escaleras se queda corto: Feijóo las sube y las baja.
Junts ni loco le va a solucionarle esta papeleta. Moción no va a haber.
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