Crónica Personal

La ronda

Torra cree que representa el sentir de todos los catalanes, no admite que más de la mitad de ellos no son independentistas

Pedro Sánchez inicia la semana próxima la ronda de conversaciones con los presidentes de los gobiernos regionales. No va a ser fácil, le llega la hora de lidiar los toros difíciles después de dos semanas en las que no ha abordado ni un solo asunto con espinas pero ha superado con brillantez la prueba de demostrar su sensibilidad hacia cuestiones sociales. Sin embargo es obligado abordar de una vez el problema del independentismo catalán. Y, por supuesto, lo que más solivianta a los gobernantes autonómicos, incluidos los socialistas: la financiación, que el presidente pretende aparcar durante un tiempo.

Antes de entrevistarse con Quim Torra lo hará Sánchez con el lehendakari. Jugada inteligente, Urkullu es hombre sensato, nacionalista enragé pero no independentista, o al menos sin ansias independentistas aquí y ahora, que además siente una irritación no disimulada por un Puigdemont con el que mantuvo varios encuentros para ver si conseguía que entrara en razón y apostara por negociar en un marco legal a la espera de que se pudiera poner en marcha una reforma constitucional de la que con toda seguridad saldría una España más permisiva con las competencias regionales, con las consecuencias nefastas por todos conocidas.

Torra está deseando ver a Sánchez y Sánchez está deseando encontrarse con Torra para demostrar así que, en contra de lo que hizo Rajoy, sí puede dialogar. Tiene morbo por tanto el encuentro, porque todo el mundo desea saber si Torra es capaz de renunciar a mantenerse fuera de la ley y si Sánchez es capaz de mantenerse firme ante las exigencias independentistas.

Torra escribió una carta al Rey, firmada también por Puigdemont y Mas, pidiendo un encuentro para tratar sobre la situación catalana. Le decían que cambiara su discurso, que el del 3 de octubre fue hiriente para Cataluña. Torra es de los que consideran que representa el sentir de todos los catalanes, no admite que más de la mitad de ellos no comulgan con el independentismo.

Don Felipe no ha caído en la trampa, y ha respondido, a través del Jefe de su Casa, que enviaba la misiva al presidente de gobierno pues, como recoge la Constitución, el Jefe del Estado no interviene en asuntos políticos. Por si Puigdemont no lo recordaba. O no lo sabía.

Comienza la ronda autonómica para Pedro Sánchez. Su primera oportunidad para demostrar si tiene madera de presidente y defiende con uñas y dientes la unidad de España y que todos los españoles tienen los mismos derechos y obligaciones.

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