¿De la sobreactuación a la amenaza?

Se está sobreactuando tanto con la estrategia mete miedo, multiplicando por mucho la alerta antifascista de Pablo Iglesias, que se oyen cosas que exceden lo propio de los debates electorales democráticos. En disparates la izquierda va mucho más lejos que la derecha al anunciar que el PP, si gana sin mayoría suficiente y pacta con Vox, acabará con la libertad, la cultura, los derechos de las mujeres y del colectivo LGTBI, la sanidad y la enseñanza pública y hasta con la mismísima democracia para reinstaurar la dictadura franquista.

“Vota a Vox, vota a Franco” titulaba Jordi Amat un artículo en el que decía: “El 23 de julio es, sin duda, una oportunidad histórica. Si votas a Vox, votas a Franco en 2023. Ni en las primeras elecciones democráticas se presentó una candidatura cuyo programa entroncase tan nítidamente con la ideología y la política franquista. Nunca como ahora, que ya cogobierna en diversas autonomías, había tenido tantas posibilidades de regresar al poder Ejecutivo del país”. “No existe cuneta para meternos a todes”, dijo Alba Flores en el Orgullo, pintando un futuro de fusilamientos. Marisa Paredes ha sentenciado que “se está volviendo atrás de una manera salvaje y preocupante”, hasta el punto de temer que su nieta viva una dictadura: “Lloré cuando nació mi hija en 1975 porque no iba a conocer la dictadura. Mi nieta nació hace 2 años y pensé que esta criatura va a vivir algo que pensé que ya se había terminado”.

“¡Fascismo nunca más!” clama Mundo Obrero en su manifiesto del 18 de julio de 2023: “Hoy, franquistas de todo tipo, de derecha o de extrema derecha, se sientan de nuevo en las instituciones y amenazan con hacerse con el gobierno del Estado para acabar con las conquistas democráticas y los avances sociales, amenazados por una deriva autoritaria que la derecha ha asumido sin ningún rubor. (…) Luchamos contra unas ideas y valores reaccionarios y segregacionistas que cuentan con el respaldo de la mayoría de los medios de comunicación, propiedad de grandes grupos financieros. (…) Rendimos homenaje a las personas luchadoras de antaño porque luchamos contra los herederos de sus verdugos, en defensa de nuestras conquistas sociales, de los servicios públicos, de la democracia, que quieren robarnos de nuevo. (…) ¡No pasarán! ¡Vamos a pararlos, en la calle y en las urnas!”. ¿Pararlos en la calle? ¿No bastan las urnas? ¿Se pasa de la sobreactuación a la amenaza?