José Manuel Grandes Merello

El sueño transoceánico

12 de octubre 2023 - 02:58

Nunca imaginé que iba a escribir algo así y todavía no estoy seguro si lo que me pasó formó parte de un sueño de una siesta que inicié al sentarme en el avión.

Llegaba yo al Aeropuerto del Prat desde Jerez, después de una hora y cuarto de vuelo, recién levantado de una cabezada que inicié tal cual me senté y justo 10 minutos antes de llegar a Barcelona, me fijé que mi compañera de asiento era china.

Sentada a mi derecha portaba una tablet y me di cuenta que de su cuello caía una tarjeta plastificada con las siglas de la Universidad de Psicología de Brighton. Convencido de que una prima mía había estudiado arte en Brighton (después me enteré que fue en Bristol , casi acierto pues son dos ciudades sureño-anglosajonas) empezamos a hablar con mucha naturalidad.

Era estudiante y al saber yo que las carreras en Reino Unido suelen durar 3 años, calculé más o menos su edad, aunque en realidad parecía algo mayor.

“Hola, buenas tardes , me he fijado y veo que estudias en Brighton, tengo una prima que estudió allí… ¿Qué te trae a Barcelona desde Jerez?”.

Ella con acento cuasi-cerrado de voz sureño-andaluza me dijo que había nacido en Sanlúcar de Barrameda y que su familia vivía allí. Entonces me empezó a contar su vida y me dijo que sus padres eran chinos y que tenían negocios en Sanlúcar pero que se había criado desde los 5 años en Castelldefels, en casa de unos tíos. Entonces le pregunté por la carrera y me dijo que estaba en segundo curso y me preguntó , sin venir a cuento, “¿qué edad me echas?”, yo le dije “ 20 años”, a lo que ella horrorizada me contestó “como que 20, ¡19 años tengo!”- “bueno, tampoco hay mucha diferencia y tú, ¿Qué edad crees que tengo?... Se quedó pensando y dijo con rotundidad “¡28!” y luego le dije “gracias por el halago pero soy 7 años mayor”…y ella me dijo “¡venga ya!… bueno, ahora que te veo el pelo, ¿sin ofender eh? puedes tener esa edad aunque no la aparentes”. Esta frase grabada a fuego en mi memoria es igual de literal que el cante de un opositor a notarías, con lo que confirma la regla de Don Limpio y Llongueras: las apariencias engañan; el pelo, como el algodón, jamás.

Confieso que cuando me contestó eso y aunque el “Sin ofender, ¿eh?” no sonase tan sureño-andaluz impostado, algo me picó y se me pasó por la cabeza decirle que se olvidase de hacer psicología y que se dedicase a la prestidigitación que era más divertido y rentable o a patentar alguna de sus frases para dar publicidad a peluquerías y empresas de limpiacristales.

Al final, como siempre en estos casos, me contuve y le ofrecí una sonrisa igual de impostada que su acento sureño-andaluz.

Ya más tranquilo y casi aterrizando en el aeropuerto le pregunté si teniendo la nacionalidad china por consanguinidad le apetecía hacer carrera profesional allí, siendo China, hoy por hoy, la nación más potente económicamente del mundo. Entonces ella, frunció el ceño y con la misma rotundidad con la que dijo que tenía 28 años me contestó que su sueño era trabajar en Cataluña. Le dije entonces, ¿te refieres en España? A lo que ella me contestó, ”no, en mi país, Cataluña”.

Entonces las ruedas del avión tocaron tierra y ella aterrizó antes que yo porque cuando me contestó eso, tardé en digerir su respuesta y entender que una persona de origen chino, nacida en Sanlúcar de Barrameda, criada en Castelldefels y estudiante en el Sur de Inglaterra quisiera trabajar en un país llamado Cataluña, con lo que me costó un tiempo bajar de una nube.

stats