¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
Un nuevo héroe nacional (quizás a su pesar)
EL médico me manda un texto de Mario de Andrade que es un diagnóstico certero de mis síntomas: "Conté mis años y descubrí, que tengo menos tiempo para vivir de aquí en adelante, que el que viví hasta ahora. Me siento como aquel chico que ganó un paquete de golosinas: las primeras las comió con agrado pero, cuando percibió que quedaban pocas, comenzó a saborearlas profundamente. No tengo tiempo para soportar a absurdas personas que, a pesar de su edad cronológica, no han crecido. No tengo tiempo para lidiar con mediocridades. Me molestan los envidiosos, que tratan de desacreditar a los más capaces, para apropiarse de sus lugares, talentos y logros…" Vale la pena buscar en google a Mario Andrade, poeta ensayista y musicólogo brasileño, y seguir leyendo estas reflexiones sobre "El valioso tiempo de los maduros", que escribió cuando yo no había nacido. Mi médico me suele enviar este tipo de complejos vitamínicos como remedio para mis males, pues no tienen contraindicaciones y surten mayor efecto contra el desasosiego y la inquietud, que cualquier ansiolítico de los que te agujerean el cerebro y sólo sirven para aumentar el déficit público y la factura farmacéutica. Claro que mi médico no sigue los protocolos del SAS y, por eso, cuando me duele la cabeza, o me siento decaído, en vez de tirar de receta, me pregunta cómo soy de feliz últimamente y si me siento querido. Con la dosis de Mario Andrade que me ha prescrito por correo electrónico, he encontrado el antídoto para ciertas intolerancias: "No quiero estar en reuniones donde desfilan egos inflados. No tolero a maniobreros y ventajeros. Detesto, si soy testigo, de los defectos que genera la lucha por un majestuoso cargo…" Es impresionante como unas pocas palabras alivian los ardores de estómago, y esa suerte de nausea que te inunda cuando soportar a al prójimo se hace tan cuesta arriba. Gracias doctor.
También te puede interesar
¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
Un nuevo héroe nacional (quizás a su pesar)
La Rayuela
Lola Quero
Lo parasocial
Crónicas levantiscas
Juan M. Marqués Perales
Qué bostezo
Alto y claro
José Antonio Carrizosa
Pablo y Pedro