Extremadura, por ejemplo

Editorial

El PP de Feijóo se ha dejado jirones de prestigio en el caso extremeño, un ejemplo claro de mala gestión de las negociaciones con Vox

05 de julio 2023 - 00:30

La campaña electoral se inicia formalmente este viernes bajo las mismas premisas que ha presidido el debate nacional desde que Pedro Sánchez anunciara por sorpresa, el pasado 29 de mayo, la convocatoria a las urnas tras sus malos resultados en las autonómicas y municipales de un día antes. Estas premisas son la falta de una discusión seria sobre las propuestas que las diferentes fuerzas ponen encima de la mesa para abordar la situación del país y el tremendo ruido en torno a los pactos entre PP y Vox. Parece que los españoles no se jugarán otra cosa el próximo 23 de julio que la posibilidad de que Alberto Núñez Feijóo tenga que abrir una negociación con Santiago Abascal para garantizarse su investidura y que esta conlleve, o no, la presencia de ministros de la derecha radical. Los contactos para cerrar los gobiernos regionales han sido un camino lleno de trampas y el PP parece haber caído en todas. Extremadura ha sido el ejemplo más claro de mala gestión de un proceso en el que la dirección nacional del partido ha tenido que poner pie en pared para evitar la repetición de las elecciones. Pero el PP se ha dejado jirones de prestigio y la líder regional, María Guardiola, ha caído en lo grotesco proclamando primero una cosa y haciendo luego justamente la contraria. Guardiola ha demostrado que la palabra de un político vale lo que vale y, de paso, ha avalado los “cambios de postura” con los que Sánchez ha hundido su imagen pública en esta legislatura. Extremadura se convirtió en un problema grave porque ha simbolizado a la perfección las contradicciones internas que el PP no es capaz de superar. El electorado popular ha demostrado que tolera mejor los acuerdos con Vox que las estructuras del partido. Mientras esto no se asuma y se normalice, los de Feijóo seguirán cayendo en todas las trampas que les pongan. Parece que el líder del PP empieza a darse por enterado. Pero el daño para sus filas ya está hecho.

stats