Aguantar

EDITORIAL

17 de diciembre 2025 - 03:06

La comparecencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para hacer balance del año que termina se saldó con la elusión de responsabilidades en primera persona por la cascada de escándalos de corrupción y de abusos sexuales que sacuden al Ejecutivo y al PSOE, y por la proclamación del deseo de resistir en el cargo a toda costa y durante el tiempo que la duración de la legislatura le permita. Nada nuevo, por tanto, en la estrategia que ha venido manteniendo durante los últimos meses. Sánchez no tiene otro proyecto que aguantar. Cuenta para ello con el apoyo pasivo de sus socios que, aunque han subido el nivel de sus críticas, no se plantean forzar la convocatoria de unas elecciones generales. Sánchez, fiel al estilo que ha mantenido desde que logró la investidura en 2023, se parapeta en la marcha de los datos macroeconómicos y de esta forma evita entrar en el deterioro político e institucional que marca su paso por el Palacio de la Moncloa. Medidas como la que anunció de un bono de transporte para todo el territorio nacional deben ser interpretadas como maniobras de distracción que no tienen otro objetivo que ganar tiempo y hacer ver que al Gobierno le quedan márgenes de gestión. Pero esa imagen no se apoya en la realidad. El bloque heterogéneo que hizo posible su investidura está roto y sólo aguanta ante el temor de que un vuelco en la situación política les prive de los beneficios que obtienen por su presión permanente. Sin embargo, las grietas son ya muy visibles y afectan a fuerzas tan diferentes como el PNV, que habla abiertamente de elecciones, o Sumar que pide una remodelación profunda del Ejecutivo mientras mantiene sus sillones en el Consejo de Ministros. España se enfrenta a una de las situaciones políticas más deterioradas de su historia democrática. Cuanto más se prolongue más complicado será el retorno a una situación de normalidad institucional.

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