El vino de Jerez protagoniza una de las escenas más impactantes de ‘La Frontera’, serie sobre la lucha contra ETA

“1987. Francia empieza a colaborar con España en la lucha antiterrorista, entregando a miembros de ETA en la frontera. En una reunión de urgencia de la cúpula de la organización se decide no extender los atentados al país vecino. Dos frentes son peor que uno y la situación, con recientes golpes a su estructura, no hace aconsejable dividir fuerzas. Pero un pequeño grupo decide, en secreto, actuar por su cuenta y planea un atentado en París como venganza”. Así arranca la sinopsis de una de las series más populares del momento.

Javier Rey e Itsasso Arana protagonizan esta serie que puede verse en RTVE y en Prime video en la que, una vez más (y no son pocas) el vino de Jerez forma también parte del reparto. Pero no son ellos precisamente quienes brindan, ni una escena precisamente agradable que termina chamuscada.

En el segundo episodio, uno de sus personajes proporciona documentación falsa a Enrique Guaza que se pone en la piel de Jon Olaberria y a Edurne Urkiola, interpretada por Rebeca Matellán. Al culminar el intercambio ofrece vino de Jerez a los dos vascos, pero la invitación acaba peor que mal.

Un vino muy televisivo

Esta serie no es el debut del vino de Jerez en la televisión, dado que aparece en bastantes proyectos audiovisuales, tanto nacionales como internacionales. En grandes películas como la ganadora de ochos Oscar ‘Lo que el viento se llevó’ (1939), y la emblemática ‘Mary Poppins’ (1964), entre otras, alguno de sus personajes sirve “sherry”.

Los jereces no parecen faltar en los elencos de las series españolas y extranjeras. En el tercer episodio de ‘Zorro’, el gobernador, uno de los principales villanos de la historia, protagonizado por Rodolfo Sancho, pide sentado a la mesa durante una cena importante un amontillado y, afirma, que es una de las cosas que echa de menos de España.

En el tercer episodio de la primera temporada de ‘Vicios ocultos’ un grupo de amigos del vecindario se reúne en una y uno de ellos lleva una botella de un whisky muy especial envejecido en una bota de jerez.

Estos ejemplos dejan constancia de que el vino de Jerez traspasa las fronteras y prueba que el sherry no está en boga, sino que éste nunca pasa de moda.