El bailaor José Losada, cuyo nombre artístico es 'Carrete de Málaga', es también apodado 'el Fred Astaire gitano' por la admiración que profesa por el actor y bailarín y, como su ídolo estadounidense, taconeará en Broadway y cumplirá así su particular sueño americano.

Desde que estaba en la barriga de su madre, a la que apodaban Carreta, el futuro bailaor ya taconeaba dentro de ella. Asegura que cuando llegó a este mundo había dos agentes de la Guardia Civil acompañando a su padre en el parto, que luego se llevaron a su progenitor de vuelta a la cárcel, lo que hizo que no lo conociera hasta los 7 años.

A Losada le gustaría recordar cuántos años hace que lleva persiguiendo su sueño, pero no sabe con exactitud el día que su madre lo trajo al mundo, aunque sí el lugar, una pequeña localidad limítrofe entre Málaga y Granada, Zafarraya, y también el año, 1940.

Carrete, cuya vida daría para tres libros según él mismo dice, protagonizará ahora el documental 'Quijote en Nueva York', que narra su vida presente y sus días previos y también posteriores a su viaje a Nueva York, previsto para el 8 de abril, para actuar en el teatro Skirball en Broadway, cumpliendo así el sueño de toda su vida.

El documental está dirigido por el cineasta Jorge Peña, cuya abuela ayudaba a Carrete cuando él pedía limosna en las calles de Málaga a su corta edad. Hace cinco años se volvieron a encontrar el personaje y el director y decidieron comenzar este proyecto que se vio detenido por el coronavirus, que el bailaor considera “un resfriado de toda la vida”.

Conoció a su referente resguardándose del frío

Cuando era joven, Losada se metía en los cines para resguardarse del frío de las calles y para comer alguna patata que hubiera en los asientos. Ahí conoció a Fred Astaire, se enamoró de su taconeo y decidió imitar "sus bulerías" y comenzó así una carrera por diversos tablaos hasta lograr tocar frente a artistas internacionales.

El archiconocido Frank Sinatra o las actrices Sophia Loren o Ava Gardner han disfrutado del taconeo del artista. Sin embargo, él recuerda con más cariño a Carmen Amaya, Antonio Ruiz Soler 'el bailarín' o 'Farruko', exponentes del flamenco que Carrete tanto ama y que le hace cantar y bailar en cualquier momento.

El bailaor, con la gracia que la caracteriza, asegura –aunque no pronuncia ciertas palabras de manera correcta- que quiere ver esos rascacielos y avenidas que tanto le recuerdan a Nueva York y pasear sus abrigos por la Gran Manzana. Para viajar en el avión se va a poner 'el abrigo de gánster' y los zapatos de cuero.

ACTUARÁ EN TIMES SQUARE Y BROADWAY

Además de actuar en Broadway junto al cantaor Miguel Poveda, el bailaor realizará una performance en Times Square que no tiene ensayada para ver que sale. No es su primera vez en Estados Unidos, ya que en la década de los 60 viajó a California y se casó allí con una mujer mormona por el rito de esta religión. Fue breve, ríe.

Carrete asegura que es “un orgullo” que por fin pueda cumplir su sueño y asegura que le tiene respeto a volar en avión. “Cada vez que me meto en un avión digo ´Dios, estoy contigo`”, asegura el bailaor, que se distrae leyendo una revista o tomándose un whisky antes de volar para quedarse dormido.

Su vida es el compás, como demuestra al golpear con ritmo una mesa con los nudillos. Asegura que, al igual que Errol Flynn, quiere “morir con las botas puestas” y nunca va a parar de bailar, porque el flamenco le ha dado todo lo que tiene y cuando taconea le duelen los pies y se olvida de los achaques de la edad.

El documental narrará su llegada a Broadway como si éste fuera Don Quijote de la Mancha, pero al estilo “carretiano”. Termina asegurando que se siente “muy feliz” y tiene mucha confianza en que lo que quiere es bailar y demostrar en Nueva York, la ciudad en la que brilla el arte, lo que es Carrete de Málaga.