FLAMENCO

Veneración a La Paquera de Jerez

  • Jesús Méndez rinde homenaje a la figura de la cantaora con un recital de cante brillante

  • Diego del Morao y Antonio Rey enamoran con el sonido de sus guitarras al público que llenó Villamarta

Jesús Méndez durante el concierto que ofreció en el Villamarta

Jesús Méndez durante el concierto que ofreció en el Villamarta / Miguel Ángel González

Era una noche de reencuentros. Una cita en la que los recuerdos y la memoria se hicieron patentes en la voz de Jesús Méndez. Los recuerdos hacia La Paquera de Jerez fueron cantados, sentidos y venerados a través de la voz del jerezano. 

Jesús Méndez se subía a las tablas del Teatro Villamarta ante un público expectante y que había completado el aforo con la idea de disfrutar de una de las voces más destacadas del flamenco actual. El cantaor brilló en una noche mágica a través de un recital de cante que enamoró por completo al respetable, entregado desde antes de la apertura de puertas.

No hubo que esperar mucho para escuchar algún jaleo que otro desde las butacas. Tampoco para escuchar las palmas por bulerías que estallaban tras abrir el cantaor el concierto con 'Maldigo tus ojos verdes'. Jesús Méndez fue la elegancia y pureza personificada llevando su voz a lo más alto. 

Con una entonación perfecta, permitiéndose en un par de compases cantar frente al público sin micrófonos de por medio, el jerezano demostró poderío además de estar arropado por un exquisito cuerpo de músicos que convertían las notas musicales en reverencias a la Paquera.

Fue una noche de recuerdos y dedicatorias con las que las chispas brotaban a través de letras como la de 'Homenaje a la Perla' y 'Antonio el del Cante Jondo', dos temas musicales del nuevo disco del jerezano con los que público se entregó hasta el infinito y más allá.

Jesús Méndez junto a Diego del Morao en uno de los compases del concierto. Jesús Méndez junto a Diego del Morao en uno de los compases del concierto.

Jesús Méndez junto a Diego del Morao en uno de los compases del concierto. / Miguel Ángel González

El concierto salía a pedir de boca en cada pieza y el toque de la guitarra no podía ser menos. Diego del Morao brilló con ese pulso de sus dedos que hacen que vibre el alma de quien le escucha. Un soniquete tan característico que pone de manifiesto que hablamos de un guitarrista sobresaliente. El escenario terminó por completo de abrazar el arte jondo con la aparición de Antonio Rey. Menuda capacidad y magia desprendió el guitarrista, que acompañó a Jesús por alegrías, dedicadas a su "Joselito".

Soleás, fandangos, soleás por bulerías y un fin de fiesta por bulerías pusieron el remate final a una noche majestuosa. Los recuerdos a La Paquera hicieron que el duende se arrodillara ante el poderío y el talento de una voz que brindó una noche memorable en el Villamarta.

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