Imaginar a gigantes, soñar despierto, mantener las ilusiones siempre vivas...eran algunas de las cualidades que Don Quijote de la Mancha tenía en su mente. Un hidalgo soñador convertido en el gran protagonista de la historia de Cervantes. El flamenco tiene esa condición, de haberse convertido en un elemento sin límites, que se expande más allá de la realidad y los sueños. Ejemplo de ello es la vida de José Losada 'Carrete de Málaga', bailaor andaluz que a sus 82 años ha logrado cumplir el sueño de niño de poder bailar en Nueva York como aquel ídolo infantil que tenía: Fred Astaire.

Jorge Peña es el responsable de haber hecho realidad la ilusión de un superviviente de la posguerra, de la hambruna en la que Carrete de Málaga bailaba para conseguir algo de dinero o un simple bocadillo. El director de cine ha terminado de rodar recientemente una película documental sobre su vida y un presente que ha conseguido pintarle la sonrisa a Carrete de Málaga de aquel niño que quedó enamorado de los pies de Fred Astaire cuando lo bailar. El largometraje está producido por Elora Films y Womack Studio.

'Quijote en Nueva York' es el título que llevará el largometraje documental en el que el bailaor habla con los pies y percibe la vida de una manera única que conquistó al cineasta malagueño el día que lo conoció. "Carrete de Málaga actuó en las bodas de oro de mis padres. Mi padre es un gran aficionado al flamenco y le invitó a bailar porque quería tener una actuación flamenca ese día tan especial. De repente Carrete montó una fiesta increíble, con un ritmo único y empezó a gritar el nombre de mi abuela ¡Paca!”.

José Losada 'Carrete de Málaga' era aquel niño que le bailaba a la abuela del cineasta. Conocido por 'Carretillo', sacaba el compás de sus pies ante los demás a cambio de algo de comer, dinero o ropa. "La historia de Carrete de Málaga había que contarla. No se ha hecho nada hasta ahora sobre él. Se le han hecho reportajes, entrevistas, pero no una película como la que hemos rodado”.

Un instante del rodaje de la película en Nueva York

Trabajar junto al artista le ha permitido a Jorge Peña descubrir un ser humano maravilloso, quijotesco en sus sueños y un poeta de la vida. "El anecdotario que tiene es impresionante. Estábamos grabando en Nueva York y uno de los runners de la película es argentino. De repente Pepe comenzó a explicar que le había dado clases de baile a Eva Perón; y que su marido le dijo que le dejaba darlas a cambio de que no la tocara (risas). Hace unas reflexiones de la vida muy profundas. No es solamente un gran bailaor, es una persona llena de una vitalidad".

Frank Sinatra, Chico de la Calzada, El Güito, Mario Maya…la lista de artistas con los que se ha codeado el bailaor es infinita. Momentos que se contarán en la película pero que no será un biopic al uso. "Está narrada en el presente, en lo que supone la construcción de un sueño de niño hasta lograrlo. Se ha quitado esa espinita que llevaba en su corazón cuando descubrió a Fred Astaire en la calle. Enrique Morente, antes de morir, quería crear un Quijote Flamenco y pensó en Carrete por su fisionomía y manera de concebir el baile”.

Sin duda los sueños son los grandes protagonistas de una película que tiene la intención de ser presentada este año en alguno de los grandes festivales de cine. "Los sueños al final son cosas que los seres humanos nos inventamos para justificar nuestra existencia. Para Carrete, su sueño ya lo ha logrado con la vida que ha conseguido. Haber salido de la extrema pobreza, el ser un superviviente y haber logrado todo lo que quería. Cuando llegó a Nueva York estaba como el que quería tirarse en ala delta”.

El documental flamenco contará además con los testimonios de Rocío Molina, Miguel Poveda, Estrella Morente además del escritor Pérez Andujar. "La vida de Carrete tiene mucho de Quijotesca. La metáfora de la película es que los rascacielos de Nueva York son como los gigantes en la obra de Cervantes. Pérez Andújar estuvo documentándose para hacer un personaje literario dentro de sus libros que iba a ser un bailaor flamenco inspirado en Carrete”.

Carrete de Málaga frente a Nueva York

Aprender es siempre una de las grandes ventajas de los proyectos que se hacen con el corazón. Para Jorge Peña el mayor aprendizaje de todo el proceso de rodaje con Carrete de Málaga ha sido “la forma en la que ve la vida. La inquietud que tiene siempre por hacer cosas. No para de soñar, de imaginar ni de dejar de bailar. Son increíbles las ganas que tiene. En Nueva York por ejemplo le dijo a Miguel Marín, organizador del Festival de Flamenco en Estados Unidos que quería hacer una gira por América a sus 82 años o por Francia hablando con Antonio Canales que tiene muchos contactos allí”.

Carrete de Málaga es el reflejo de un artista luchador, un soñador que ha hecho realidad las ilusiones de un niño que nunca ha dejado de creer.