FLAMENCO

Joes Wieggers, devoción por el flamenco desde Holanda

  • Nacido en Eindhoven, el guitarrista ha tocado para artistas como Israel Fernández, José Méndez, Agujetas Chico y Manuel de la Tomasa entre otros

  • Admirador de Tío Borrico, Inés Bacán y Juanito Mojama reconoce que "soy un cantaor frustrado pero el flamenco es mi gran amigo"

El guitarrista Joes Wieggers

El guitarrista Joes Wieggers / Astrid Goed Lage

Navegar a través de internet le llevó a escuchar flamenco por primera vez. El sonido del arte jondo le cautivó desde el primer momento en que sintió los acordes de la guitarra y el sonido del cante. Unas emociones que le llevaron a descubrir sensaciones jamás vividas con la música.

Joes Wieggers (Eindhoven, 1997) se enamoró del flamenco siendo un chaval de doce años. A los 18 años llegó solo a España para emprender una aventura que le llevó a conocer más en profundidad su aprendizaje en el arte.

Con trece años ya tomaba clases en su ciudad natal, logrando entrar en el conservatorio de Rotterdam donde aprendió con el maestro cordobés Paco Peña. "Me considero un cantaor frustrado, como decía el gran Paco de Lucía. Durante tres años estuve viajando a España para conocer más acerca del flamenco y seguir avanzando en mis estudios musicales con Rubén Lara, un artista que me ha ayudado mucho”.

A sus 24 años ha tocado para Israel Fernández, José Méndez, Agujetas Chico o Manuel de la Tomasa, artistas de los que ha aprendido y gozado cada vez que se ha subido a un escenario con ellos.

Israel Fernández ha sido uno de los cantaores a los que le ha tocado Israel Fernández ha sido uno de los cantaores a los que le ha tocado

Israel Fernández ha sido uno de los cantaores a los que le ha tocado / Astrid Goed Lage

Fue su padre quien le descubrió a Paco de Lucía, guitarrista del que quedó prendado al escuchar 'Entre dos Aguas'. "Gracias a aquel tema empecé a escuchar mucho más flamenco, sobre todo cante. Siempre me gustó más el cante, por eso lo que más hago es acompañar con la guitarra a cantaores. Todavía no he podido desarrollar ese toque de solista que requiere una técnica mucho más avanzada”.

El holandés se identifica con los toques antiguos de acompañamiento de Diego del Gastor, Melchor de Marchena, Manuel Mora, Parrilla de Jerez y Niño Ricardo, aunque también los más modernos como Rafael Riqueni.  

La guitarra para Joes es su fiel compañera, aunque reconoce que "el flamenco en general es mi gran amigo. Como tengo pinta de guiri, la gente sabe perfectamente que no soy de aquí, si fuera moreno a lo mejor se confundirían más (risas). Llevo viviendo más de año y medio en España, y a veces no se creen que sea de fuera”.

Decía Caracol que "el cante no se hace, se crea en el mismo momento”, una frase que al joven artista le ha marcado en su vida. "Hasta ahora no he podido encontrar una respuesta que defina en palabras lo que me hace sentir el flamenco. Cuando empecé a escuchar las letras no entendía nada sobre ellas. Fui formándome poco a poco en las melodías, el sonido…y sabía reconocer los palos, pero con las letras no tenía ni puñetera idea de lo que cantaban (risas). El cante siempre es mágico por los códigos y matices que posee”.

Afincado en Sevilla, reconoce que siente devoción por "el cante de Tío Borrico y la cantaora Inés Bacán. Son dos cantaores que siempre me han entusiasmado porque hay voces que transmiten mucho más que otras, tocan la fibra individual”. En esta misma línea matiza que "si hay un cantaor que me flipa por encima de todos, el más completo, es Juan Valencia Carpio ‘Juanito Mojama’”.

Joes es un guitarrista con sueños, un artista que sigue formándose a diario como por ejemplo con el acompañamiento al baile. "El cante es lo que más he estudiado para acompañarlo, pero siento también mucha pasión por el baile. Es una técnica que me gustaría desarrollar mucho más, seguir aprendiendo de los profesionales que me encuentro además de meterme poco a poco más en el mundillo”. 

Recientemente ha acompañado al cante a José Méndez, un cantaor al que admira y del que destaca sobre todo "el respeto que siente por mí. Me llena de orgullo que los artistas a los que siempre he admirado y admiraré, te den tu espacio y el respeto que uno merece. Estar con artistas flamencos es lo que más me gusta”.

Aunque le dedique muchas horas a la guitarra, al joven guitarrista también le gusta desconectar de vez en cuando como por ejemplo "durmiendo la siesta (risas). No es coña, me gusta echarme la siesta porque así cojo fuerzas para seguir tocando. También hago deporte porque estar más de doce horas sentado es malo para la espalda”.

A solamente una hora de Jerez, le encantaría poder tocar en una de las cunas del flamenco. "Allí hay mucho arte y respeto. He de ir más veces a Jerez y poder actuar allí sería un auténtico orgullo”.

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