Manuel Valencia | Guitarrista

“A veces me sorprendo de las cosas que he llegado a hacer”

  • El jerezano repasa su evolución como músico donde las influencias de Gerardo Núñez, Manuel Liñán y Farruquito “me han cambiado totalmente”

Manuel Valencia posa para Diario de Jerez en el Volapié.

Manuel Valencia posa para Diario de Jerez en el Volapié. / Manuel Aranda

Bajo la atenta mirada de Ocheles, Manuel Torre, El Gran Roque o la mismísima Malena, el universo artístico-taurino del Bar Volapié, en el corazón de La Asunción, nos sirve para mantener una conversación con Manuel Valencia Medrano (Jerez, 1984), cuya carrera ha dado un vuelco casi total en los últimos años. Experiencias con artistas como Gerardo Núñez, Manuel Liñán y Farruquito le han hecho traspasar la barrera de la guitarra de acompañamiento hasta el punto de ser, hoy por hoy, uno de los músicos más completos que tiene Jerez.

–Veo por su agenda de actuaciones que la pandemia ha quedado atrás...

–Sí, afortunadamente parece que la pandemia es ya pasado, aunque todavía está dando algunos coletazos, pero bueno, en cuestión de trabajo estamos bastante bien surtidos y volviendo a los niveles prepandemia con un amplio abanico de propuestas. A día de hoy se están cayendo muy pocas actuaciones por el covid, a no ser que alguno del grupo lo pille o surja algún contratiempo.

–¿Había ganas de volver a la rutina del artista?

–La verdad es que sí, pero también te digo que nos hemos acostumbrado a estar en casita mucho tiempo y ahora nos cuesta más salir. Te acostumbras a tus niños, a tu familia, a tu casa, a dormir en tu cama...y ahora cuesta más trabajo. A mí me pasa incluso una cosa curiosa y es que antes hacía la maleta en cinco minutos y ahora me llevo dos horas (risas).

–Se ha convertido usted en un guitarrista versátil porque lo mismo va acompañando el cante, que para baile e incluso en solitario...

–Sí, gracias a Dios tengo un abanico de artistas con los que voy y eso te da mucha tranquilidad. En el cante estoy yendo mucho con La Macanita y Reyes Carrasco, una chica de 16 años que tiene mucho porvenir, con mi compadre David Carpio también y con mi prima Felipa del Moreno ya tenemos cerradas varias cosas en este verano, que se plantea bastante bien.

–(...)

–Eso en el cante, pero también tengo muchas cosas cerradas con Farruquito, con el que estoy aprendiendo mucho, tanto artística como personalmente.

–Su carrera tiene varios puntos de inflexión, Gerardo Núñez, Manuel Liñán y ahora Farruquito...

–La verdad es que sí. Gerardo me dio la oportunidad de dar mi primer paso, de ir más allá. Recuerdo incluso que en 2009 fue con él al Festival de Jerez como segunda guitarra y estando en el escenario, me dijo ‘el año que viene, estarás tú aquí tocando solo’. Yo aquello me pareció demasiado, date cuenta que hasta entonces apenas había tocado solo. Pero aquello se cumplió y al año siguiente estaba yo en el Palacio de Villavicencio. Dije que sí cuando me llamaron pero en cuanto colgué, me pregunté ‘¿cómo voy a tocar yo solo?’ Al final, las cosas son así y como no sean retos de este tipo, no haces por superarte.

–Con Liñán le pasó algo parecido...

–Bueno, Manuel me llamó después de haber grabado el disco, y eso me abrió la mente en cuanto a la escenografía, la música para bailar, el acompañamiento al baile, la verdad es que ha sido una experiencia enriquecedora, yo diría de las más enriquecedora que he tenido. Eso me ha dado la posibilidad de tener opción a las tres vertientes, acompañamiento al cante, al baile y la de solista, aunque en este último no he hecho muchas cosas porque hay gente muy buena, pero ahí sigo.

Manuel Valencia, en un momento de la entrevista. Manuel Valencia, en un momento de la entrevista.

Manuel Valencia, en un momento de la entrevista. / Manuel Aranda

–Y hace unos meses apareció Farruquito. ¿Cómo fue aquello?

–Bueno, fue algo un poco curioso. Con Farruquito no había tenido nunca contacto, pero un día en una audición de la Compañía B, el proyecto de Lola Vallespí, coincidí con él y estuvimos hablando. Mi sorpresa fue cuando el año pasado me llama para tocar en la Puebla de Cazalla, donde trabajamos. Pensé entonces que iba a ser una cosa puntual, pero en enero me llamó para hablarme del espectáculo que quería traer el Festival, y claro, como no digo no a nada, acepté. Era un reto y como digo, los retos te hacen crecer. Era un espectáculo complicado y me llevé más de un mes encerrado en mi habitación diez horas todos los días. A partir ahí hemos seguido trabajando, con el espectáculo ‘Íntimo’, y otras cosas. De hecho, ahora en junio vamos a hacer una gira a Japón, y el verano está bastante completo.

–Resulta curioso que ha trabajado con dos artistas antagónicos, es como si habláramos de Messi y CristianoRonaldo, dos estilos diferentes...

–(Risas) Es cierto. Manuel Liñán es la vanguardia total y Farruquito, que también está en la vanguardia, trabaja otro concepto. Son la noche y el día. Farruquito es más musical, Manuel, escénicamente es un bicharraco, en fin cada uno te aporta cosas diferentes y aprender de estos dos genios es un privilegio que me lo llevo y que han empezado a aflorar dentro de tu toque.

–Una vez, un guitarrista que había trabajado mucho conFarruquito me dijo que después de cada función acababa agotado. ¿Es así?

–Es así. A día de hoy habré hecho con él diez cosas por lo menos, y todavía no he salido relajado al escenario. Pero ni al salir ni durante la actuación, Juan te mantiene en tensión todo el espectáculo, y necesita ese nervio que debe estar patente todo el tiempo.

–Este pasado año asumió también el reto de producir artísticamente el espectáculo navideño que Felipa del Moreno presentó en varios teatros. ¿Está orgulloso de todo ello?

–Bueno, hacer un espectáculo navideño en Jerez hoy en día es muy difícil porque todo está visto. Sorprender es muy difícil, por eso traté de cuidar otros aspectos como la escena, las luces, la disposición, haciéndolo todo de manera hilada. Costó lo suyo pero creo que el resultado fue muy positivo.

–Fíjese que usted tenía toda aquella vivencia personal con su tíoFernando Terremoto...

–Claro, de hecho, antes de esto con Felipa ya había rechazado varias propuestas que me habían hecho en esta línea porque no me sentía ni con ganas, ni capacitado, menos aún después de aquellas experiencias. Pero tenía claro que de hacerlo con alguien, sería con mi prima Felipa, y bueno, entre los dos lo pusimos en pie, porque además contamos con un grupo de gente excelente.

–Hablando de recuerdos. La pandemia le ha hecho perder a su padre, supongo que habrá sido una situación difícil a todos los niveles...

–Claro que sí, no ha sido fácil y ha habido momentos muy duros. La muerte de un ser querido te hace ver las cosas de otra manera y te ayudar a coger por caminos que tú ni siquiera imaginabas que algún día tomarías. Perder a un padre es muy doloroso, pero también me ha dado fuerza para seguir luchando por los que están.

–Cambiando de tema. Antes habló de las tres ramas de la guitarra, pero yo diría que hay una cuarta rama que son las clases...

–La verdad es que sí, porque durante la pandemia fueron las clases online las que nos sacaron de muchos apuros. A partir de ahí se ha convertido en parte de mi día a día porque además me gusta. He descubierto que para dar clases, tienes que saber tocar muy lento, desmenuzarlo todo y eso te hace ver los fallos que cometes, tanto en la técnica como a la hora de colocar la mano. Además, me encanta ver cómo evolucionan mis alumnos, es algo muy bonito.

–Ha hablado usted de toda esa evolución que ha tenido como guitarrista, ¿le ha sorprendido personalmente? ¿Pensaba que no iba a lograr las cotas que ha logrado?

–Sinceramente sí. Uno no sabe las cosas que puede llegar a hacer hasta que no las hace. Pero claro, la evolución no viene sola, es consecuencia de un trabajo y aunque muchas veces sea difícil tocar otras palos, te llega la oportunidad y es el mismo amor propio que tienes de hacerlo bien, lo que no te deja desaprovechar esa oportunidad. Llevo ese lema, aprovechar las oportunidades que se me plantean, y con ello dar el 200 por cien, porque al final sale a relucir el trabajo.

–He visto que está trabajando también en composiciones propias, ¿se avecina algún disco?

–De momento no. Durante la pandemia todo el mundo decía que aprovechó aquello para crear, pero en mi caso no tenía cuerpo para ello, tenía la motivación en negativo. Y ahora que ha pasado todo, te entra el trabajo, y no tienes tiempo de grabar algunos temas. Los temas los tengo, sólo faltaría grabarlos, pero ya se sabe, la financiación es más difícil que componer. Tengo en mente incluso un bonito proyecto, pero bueno, ahora es complicado.

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