Rocío Romero | Bailaora

“Jerez está perdiendo su esencia y eso puede ser muy peligroso”

  • La jerezana, afincada en Japón desde hace años, reconoce que una de las grandes diferencias “es que allí todo el mundo paga, nadie se escaquea”

Rocío Romero posa para Diario de Jerez.

Rocío Romero posa para Diario de Jerez. / Miguel Ángel González

Rocío Romero (Jerez, 1982) lleva más de ocho años en Japón, un país al que se ha adaptado a las mil maravillas y donde se ha ganado el respeto y el cariño del público y aficionados al flamenco. Charlamos con ella aprovechando que pasa un par de meses en Jerez.

–¿Desde cuándo no venía a Jerez?

–Pues exactamente dos años porque con el tema de la pandemia, ha sido muy complicado. Ten en cuenta que Japón sigue todavía con las fronteras cerradas.

–Porque por regla general usted viene todos los años...

–Sí, lo normal es que venga durante el verano o durante el Festival de Jerez, pero una vez al año siempre vengo. Ésta ha sido la vez que más tiempo he estado sin venir.Yo estoy muy a gusto en Japón, la verdad, y el trabajo no me falta. Trabajo todos los días e incluso a veces tengo que decir que no. Es quizás lo único que me mantiene allí, el trabajo, porque a la familia se echa muchísimo de menos.   

–¿Qué ha sido lo más difícil?

–Sobre todo estar sin mi familia, pero también a la calidad de vida que se tiene aquí.

–Me llama la atención que haya hablado antes de que en Japón hay mucho respeto aún a la pandemia...

–Pues sí, es algo a lo que se le tiene mucho respeto. Mira, en dos años no nos hemos quitado la mascarilla. Yo me he quitado la mascarilla cuando llegué a Jerez. Ni siquiera en Madrid me la quité, psicológicamente te afecta, la verdad. Ya en Jerez sí me he dado cuenta que no hacía falta. Allí todo lo hacemos con mascarilla, y estoy temiendo volver, porque me estoy acostumbrando a no llevarla aquí y verás cuando llegue. En Japón son muy estrictos en este tema, y todavía hay restricciones, y más ahora que por lo visto estaban subiendo los contagios.

–¿Y cómo le ha afectado la pandemia profesionalmente?

–A mí me ha afectado menos porque doy clases y tengo muchos grupos. Son grupos pequeñitos, por eso me he librado. Los primeros meses hubo un bajón grande, pero ya este último año, se ha notado mucho menos.

–¿Y ha habido ayudas?

–Sí que las ha habido. Yo soy de las pocas extranjeras que cotiza como autónoma allí. Hay otros españoles que también, pero son porque se han casado con japoneses o japonesas, pero en mi caso no es muy común. De hecho, al no haber podido entrar en el país durante seis meses, nos dieron una ayuda buena, que nos sirvió para pagar. 

–No ha ocurrido entonces como aquí con la cultura...

–No, claro que no, aunque también hay otra mentalidad. Allí todo el mundo paga sus impuestos, nadie se escaquea. El que tiene más, paga más, el que tiene menos, paga menos pero todos pagan. Es más, a la persona que no paga la miran mal, es como una deshonra, y el honor en Japón es muy importante. 

–¿Cuál es el estado del flamenco en Japón?

–Bueno, están haciendo un flamenco cada vez más propio, porque ellos quieren ser ahora los protagonistas, y han visto que hay negocio. Los japoneses son buenos negociantes, y llevan un tiempo convencidos de hacer un flamenco de ellos. Quizás veo que ahora hay un poco menos de afición al cante que antes. 

–(...)

–En los últimos meses, con esto de la pandemia, ha habido muy poca presencia de artistas españoles allí. Ese ir y venir que había de artistas, se ha cortado. Ellos se han apañado con los de allí y los que estábamos allí, y eso les ha dado pie a decir, ‘esta es la nuestra’. Como la frontera sigue cerrada, no sé qué va a pasar. Están empezando a dar visados de trabajo, pero han ido muy pocos artistas y sólo por pocos días. Eso también está influyendo. 

–Ha dicho que llevaba dos años sin pisar Jerez, ¿la ha visto muy cambiada?

–Yo que soy del centro, he visto que está cambiada. Creo que se está enfocando todo demasiado al turismo y eso tampoco es bueno. Veo que Jerez está perdiendo la esencia y como perdamos eso, adiós también al turismo. Yo entiendo que las ciudades cambian, porque el otro día fui a Cádiz y también la he visto igual, pero en mi opinión no se debe depender tanto del turista. 

–¿Y el flamenco de Jerez?

–Creo que también está perdiendo un poco su esencia. Al menos eso me dicen muchas de mis alumnas que han venido mucho a Jerez, pero últimamente me comentan que se está perdiendo lo propio. Es algo que también me lo han dicho del Festival, y eso sí que es una pena.

–¿Entiende que se está comercializando todo?

–Bueno, creo que a los artistas ahora no se les deja ser naturales, se les exige una serie de formatos y de envoltorios que hacen que pierdan la personalidad. Yo entiendo que un espectáculo elaborado debe ir en un teatro, pero otro entorno requiere algo más de naturalidad. 

–Estuvo en la Fiesta de la Bulería, ¿qué le pareció?

–Bueno, a nivel artístico no entro porque respeto mucho a mis compañeros y para mí cualquier propuesta, con todo el esfuerzo que se pone, merece un respeto. A mí entender creo que está perdiendo un poco lo que era antes, igual que pasa con los Viernes Flamencos. Ahora parece que sentarse a cantar y hacer tres palos, está obsoleto. Yo soy muy aficionada y me gusta escuchar el cante, y creo que todo eso Jerez lo está perdiendo. 

–(...)

–Una de las cosas que he echado de menos este año han sido los palmeros. Ese fin de fiesta de la Bulería que se hacía y donde bailaban los palmeros....Todo eso se ha perdido. 

–¿Le veremos pronto enJerez?

–Bueno, yo me quiero venir, la verdad, llevo mucho tiempo fuera y me gustaría asentarme aquí. Mi idea es hacer el año que viene, venir y quedarme al menos dos meses a ver. Mi intención es ir haciendo cosas aquí poco a poco y ver, ojalá mi tierra me abra sus puertas y pueda comenzar, aunque sea para empezar en una peña. 

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