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La vuelta al cole trae consigo la vuelta a las enfermedades más comunes, sobre todo en la primera etapa del curso escolar. Atrás quedaron la tiña, la otitis del bañista o las gastroentiritis para dejar paso a los virus orales, los respiratorios y a los cutáneos que coinciden en que todos son muy contagiosos, sobre todo, por el contacto físico o del aire.
Los pequeños son los que más suelen pasarse estas enfermedades de unos a otros, por lo que hay que prestarles más atención y adoptar mayores medidas preventivas, ya que los que tienen edades que comprenden el primer y el segundo ciclo de educación infantil tienen el sistema inmunológico más inmaduro.
En este sentido, la Asociación Española de Pediatría (AEP) nos recuerda que los niños en etapa de guardería suelen tener entre 8 y 12 resfriados al año, es decir, que van a estar prácticamente todo el año con congestión nasal, mucosidad e, incluso, fiebre. Es una sintomatología que involucra al sistema respiratorio, por lo que habrá veces en las que esté más controlada y habrá otras en las que deriven en bronquitis, faringitis, bronquiolitis, etc.
Lo importante es estar pendientes ya que la sintomatología no va a desaparecer tan fácil. Así nos lo cuenta la pediatra Lucía Galán Bertrand, conocida en redes sociales como Lucía, mi pediatra y desde donde nos advierte que "los mocos se pillan es septiembre y se sueltan en mayo".
La conjuntivitis es una de las enfermedades más comunes ya que se contagia por el contacto directo entre los niños y suele ser habitual en las escuelas infantiles y en los colegios.
Con el contacto por líquidos, también resulta muy frecuente el virus de boca-mano-pie, una enfermedad leve, que suele durar de siete a diez días y se caracteriza por la aparición de llagas en la boca, las manos y los pies, presentando cuadros de fiebre, dolor de garganta y pérdida de apetito. Este fue un virus que tuvo muchos casos en Sevilla el invierno pasado.
Las infecciones de oído también son enfermedades comunes debido a que a estas edades tan tempranas, las trompas de Eustaquio son más cortas, horizontales y anchas y hace que sean más vulnerables a las enfermedades.
Debido a que los virus se propagan con mucha facilidad y, mucho más, a través del contacto entre personas, debemos lavarnos las manos con más frecuencia para evitar seguir extendiéndolo. Bien podemos usar agua y jabón o desinfectante de manos. En el caso de los más pequeños, como son menos independientes, necesitan la ayuda de los adultos para cumplir con las medidas preventivas.
Así que los adultos deben lavarles las manos con frecuencia ya que por ellos mismos no van a acordarse de hacerlo, también sería conveniente que cuando veamos algún síntoma, tratemos de mantenerlos alejados de lugares concurridos. En este caso, serían las escuelas infantiles o colegios ya que van a estar en contacto con otros niños, al menos hasta que pase el periodo de mayor incidencia de contagio. Para esto último, debes consultar con el pediatra porque depende de cada caso.
Si tienen mocos, hacerles lavados nasales para ir descongestionando la nariz y para evitar que se vayan para otros sitios como el pecho o los oídos en los que se complicaría la patología. Es importante que beban mucha agua para que no pierdan hidratación y para que los mocos se fluidifiquen.
Ventilar muy bien las zonas de la casa para que se vayan los virus, así como también tratar de estar al día con respecto al calendario de vacunas.
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