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Fiestas

Feria del Carmen de San Fernando: Una multitud en los 'cacharritos' a pesar del levante

Numerosas personas en la zona de atracciones de la Feria del Carmen, el primer día.

Numerosas personas en la zona de atracciones de la Feria del Carmen, el primer día. / Miguel Gómez (San Fernando)

"Se ve que la gente tiene ganas de Feria". Es la conclusión a la que llega María del Mar después de pasar con sus hijos y sobrinos las primeras horas de la Feria del Carmen de San Fernando en la zona de atracciones. Ni el fuerte levante pudo con la ilusión de los más pequeños, y de muchos adolescentes, por disfrutar de los cacharritos en esa primera jornada de precios reducidos. 

En el Cercanías, en los autobuses lanzadera, trenecitos turísticos, andando o los más atrevidos (por las dificultades para aparcar) en vehículo particular, numerosas personas acudieron a la explanada habilitada para las atracciones de la Feria de este año junto a Bahía Sur, en Caño Herrera. "Cuando nos bajamos del tren nos encontramos a un amigo que decía que se volvía porque le habían dicho que no iban a funcionar las atracciones por el viento, pero nada más lejos de la realidad", cuenta María del Mar, que montó a sus hijos en varios de los cacharritos destinados a los menores más pequeños: el tren de la bruja, los coches choques pequeños, unos cochecitos con cuesta o una montaña rusa para niños a la que subió a la mayor, Nira, pero no a Héctor, el más pequeño. 

"Había mucha, mucha gente, y por eso no se notaba tanto el levante dentro, aunque por la periferia sí que soplaba fuerte", apunta esta gaditana que optó por este plan como alternativa, junto a su cuñada y su hermano y sus sobrinos, a permanecer en casa un día más: sin playa, sin parque por el calor y el viento. "Hicimos cola para comprar los billetes, para montar en las atracciones de la cantidad de gente que había", añade. Y a pesar de todo los pequeños se lo pasaron genial, "por ellos no se hubieran ido", se ríe.

También los adolescentes disfrutaron de este día del niño, aprovechando los precios reducidos, y se montaron en las atracciones destinadas a los mayores. En pandillas se les veía hacer el camino hacia Caño Herrera desde un rato antes de que fuera la hora oficial de inicio de la Feria, por lo que el éxito estaba asegurado.

Feriantes y las expectativas

Lo confirman los feriantes. Juan Navidad, directivo de la Asociación de Empresarios Feriantes de Andalucía, Ceuta y Melilla (AEFA), reconoce que hubo mucha gente a pesar de la incomodidad que da el viento de levante, que incluso "puede hacer que algunas personas no estén tranquilas". "Esperemos que aminore en estos días", expresa.

"Seguimos contra viento y marea", destaca sobre la actividad de los feriantes, afectados por las consecuencias de la pandemia del covid-19 en estos dos años casi dos años y medio en que no ha habido ferias, que para su tranquilidad ya han vuelto. "Dejó tocada a la industria de la Feria. Se comió nuestros ahorros, sin ayudas, y teniendo que continuar pagando impuestos, como el IBI de las naves o el impuesto de los vehículos", describe. Ahora es momento de que la situación se enmiende, a pesar de la situación económica que les afecta el bolsillo, porque ha subido el gasoil, porque se paga más a la Seguridad Social, dice.

Esperan una buena Feria del Carmen, a pesar del inconveniente de emplazarse en un espacio provisional por las obras de La Magdalena. "Estábamos acostumbrado a ese sitio, que estaba bien acondicionado, aquí ha habido que adaptarse", admite. Además, deben sobreponerse a estar separados de la zona de casetas, situada en la Parque Almirante Laulhé. "Ahora si los padres están allí a gusto, los niños no van a conseguir tirar de ellos hasta aquí... a ver qué pasa", apunta.

Casetas a reventar

Igual que la zona de atracciones estuvo la zona de casetas en el parque Almirante Laulhé la primera noche de los festejos del Carmen: a reventar. Tras finalizar el concierto de María Peláe que dio un arreón final reivindicativa (Que vengan a por mí) y fiestera (La Niña o Mi tío Juan), los asistentes se expandieron por el recinto para unirse a quienes ya disfrutaban de su cena en las casetas, en la que quedaban pocas sillas vacías, ya fuera con reservas u ocupando sitios libres.

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