S ON muy bonitas. Tienen estudiados todos sus recovecos para que el efecto estético sea inmejorable. En su inmensa mayoría, aunque no todas, están adscritas a lo que se da en llamar "folklore negro". Algunas surgieron así, a la sombra de la Madre y Maestra de este género, que sin duda es la hermandad de los Servitas de Sevilla. Otras transformaron su personalidad y espíritu adaptando enseres e historia a lo que es la moda en materia cofradiera, que también las hay, de finales del siglo XX y principios del siglo XXI. Son hermandades pluscuamperfectas.

Las llamamos de 'diseño' porque han sido diseñadas como un todo plástico en lo que nada desentone. Sus pasos e insignias son concebidos bajo un mismo estilo y hasta sus nazarenos parecen haber sido fabricadlos en serie. Da igual que sean de Jerez, Sanlúcar o Dos Hermanas. Es siempre lo mismo. La cofradía estudiadamente diseñada hace estación de penitencia donde lo ordenen sus reglas, que para el que la observe no habrá diferencias por mor del lugar donde se originaron. Me podrían decir ustedes que siempre hubo cofradías de diseño. Y es verdad. La Macarena la reinventó Rodríguez Ojeda a comienzos del siglo XX y provocó una oleada de copias en toda Andalucía en la que no quedó al margen nuestra Semana Mayor. Pero ahí, en la Macarena, la devoción pudo con la estética, o mejor dicho, se apoyó en ella para dejarla convertida en algo secundario o todo lo más complementario. Otras, las que heredaron enseres e imágenes de los siglos XVII,XVIII ó XIX son hijas de su época y prescinden de la falsedad de los neos apabullando por su realidad. Las cofradías de diseño son muy bonitas en general, pero les falta algo que enriquece a la vez que dificulta la perfección, y eso es la personalidad. Las cofradías de diseño son muy bonitas pero no tienen alma.