Semana Santa | Jerez 2022

La crónica del Jueves Santo: Ese añejo sabor a cofradías

Una mujer con mantilla viendo la salida de la Vera-Cruz.

Una mujer con mantilla viendo la salida de la Vera-Cruz. / Miguel Ángel González

El Jueves Santo en Jerez es un día grande. Cargado de grandes cofradías con muchos años de tradición e historia a sus espaldas. También es un día de visita a los sagrarios y de mujeres de mantilla. De señores vestidos con trajes oscuros y pasadores en las camisas.

Las procesiones desfilaron con total normalidad en esta gran solemnidad de la Iglesia. La Vera Cruz salía desde su templo de San Juan de los Caballeros como si dos años de ausencia no hubieran sucedido. Dos años en una cofradía con tanta historia no son nada. Se vuelve a la normalidad de sus nazarenos de negro y esparto y a la salida de un misterio que porta a uno de los grandes crucificados de Jerez como es el Cristo de la Esperanza.

Este año sin los ministriles y con la capilla musical. Se finiquitó con algo que hacía singular el paso de esta cofradía con aires románticos. La Santísima Virgen de las Lágrimas estrenaba unos magníficos faldones que rematan hasta abajo ese palio que tanto ha ido cambiando en los últimos años. A mejor, por supuesto. Y tras Ella, la banda de la Astigitana que acompaña a los pasos con una formación corta pero de gran afinación y gusto. Exquisito era el repertorio musical de la formación para este Jueves Santo. El Señor con su clásico monte verde de helechos en ese momento en el que el buen ladrón mira al Señor muerto en la cruz.

La salesiana cofradía de la Redención volvió a ser la hermandad de la alegría en las calles de la ciudad. Desde primera hora se respiraba un runrún en el barrio de Icovesa. Algo grande iba a suceder cuando se abriera el templo de María Auxiliadora y saliera el cortejo de nazarenos de azul marino y blanco. No dejó impasible a nadie este misterio que anda con cambios y que este año estrenaba como capataz a Manuel Monje. Cambia el hombre que manda pero no la personal forma de llevar este misterio con los clásicos cambios. El Señor brilló como nunca. Imagen modificada de la antigua que procesionaba y que este año pudo salir a saludar a ese Jerez cofrade que le esperaba.

El palio de la Hermandad de la Oración en el Huerto. El palio de la Hermandad de la Oración en el Huerto.

El palio de la Hermandad de la Oración en el Huerto. / Manuel Aranda

El Jueves Santo marca una escena única como la de la Señora de la Confortación en ese momento en el que un ángel le ofrece el pañuelo. Una maravilla. El exorno floral del palio estaba basado en blanco clásico de flores blancas unidas a otras de cera. El paso del Señor Orando en el Huerto, una maravilla de nuevo. Comandado por su hermano mayor Manolo Ballesteros que cumple nada menos que 41 años mandando este misterio. Conoce los recovecos de la talla de los respiraderos a la perfección de tanto llevarlos. Las flores aromáticas que portaba el misterio iban dejando un rastro de fragancia tras su paso.

Ciertamente no se entiende muy bien cómo esta cofradía no es el centro de muchos para elegirla como ideal para vestir la túnica nazarena. Es clásica, bella, elegante, sale en un día para envidiar y su recorrido no muy duro. Si alguien busca hermandad, en el Huerto hay sitio para ser acogido. Su transcurrir por las calles fue nuevamente una renovación para el cofrade que gusta lo clásico.

Lanzada

Los nazarenos carmelitanos de la Sagrada Lanzada se hicieron presentes en la plaza del Carmen cuando faltaban diez minutos para las veinte horas. Otra cofradía clásica donde las haya. Quizá también otra cofradía ideal para vestirse, en este caso, de negro aunque su hábito sea marrón carmelitano. Nazareno de cirio al cuadril. Uno minutos más tarde sonaba la música y la marcha Cristo de la Lanzada de Márquez Galindo. Otra inspiración musical cargada de clasicismo y buen gusto. El portentoso paso de misterio fue tomando la curva para tomar la calle que lleva el nombre de la Patrona de los marineros y de esta forma navegar por la tarde del Jueves Santo hasta su vuelta un poco más allá de la medianoche.

Humildad y Paciencia fue la gran protagonista de la jornada. Estrenaba día esta cofradía que lo tenía previsto en su historia para el año de 2020. Pero vino la pandemia y... Desde su salida ya se denotaba ese tono de cofradía de noche, de rancio sabor cofradiero. Abre el cortejo de nazarenos una singular cruz de guía que fue diseñada por Enrique Hernández donde se dibuja a Cristo expirante sobre la cruz. El Señor de la Humildad y Paciencia iba sobre sus andas que ya han sido totalmente talladas en el taller de David Medina Soto.

Hermanos de la Humildad y Paciencia. Hermanos de la Humildad y Paciencia.

Hermanos de la Humildad y Paciencia. / Manuel Aranda

Se dejaba ver en la filigrana de su talla la inspiración en el retablo de las ánimas de la parroquia de San Marcos de la ciudad. El sonido de la capilla musical y el halo de la cofradía daban la sensación de que esta corporación llevaba siglos saliendo en esta jornada de tanta historia.

Para culminar la jornada, la hermandad del Mayor Dolor en San Dionisio. En el transcurso de la mañana, los costaleros y el antiguo capataz del Señor del Ecce-Homo quisieron ofrecerle un ramo de flores a su Señor. Detallazo que hay que reseñar. Los capataces pueden ser sustituidos, pero nunca los recuerdos y las devociones pueden ser sesgados.

El paso del Ecce-Homo. El paso del Ecce-Homo.

El paso del Ecce-Homo. / Miguel Ángel González

La tarde definitivamente la rompió esta cofradía de abolengo. Si el Señor del Ecce-Homo iba deslumbrante en este nuevo planteamiento del paso que han hecho sus hermanos, la Virgen del Mayor Dolor volvió a cautivar a propios y extraños. Mucho público cuando la cofradía salía de San Dionisio. Todas las miradas clavadas en la Santísima Virgen cuando hacía acto de aparición con los mandos precisos de Martín Gómez cubierta por ese palio que vale un imperio. La Virgen de los brazos abiertos. La desgarradora imagen de una Madre que está rota de dolor fue el mejor epílogo para una jornada clásica y añeja como es esta del Jueves Santo en Jerez.

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