Cofradías

Besamanos y besapiés del cuarto Domingo de Cuaresma en Jerez: Domingo de Laetare, domingo de alegría

Besamanos de la Virgen del Valle en la Ermita de San Telmo.

Besamanos de la Virgen del Valle en la Ermita de San Telmo. / Miguel Ángel González

El cuarto domingo de Cuaresma el pueblo cristiano celebra el ‘laetare’ que más o menos quiere traducirse en ‘alegría’. La Iglesia, después de un camino que se inicia el Miércoles de Ceniza con la propia Cuaresma, hace como un pequeño ‘parón’ y la liturgia se viste con un poco de más alegría. Los sacerdotes sacan las casullas rosas y se decoran los altares algunas flores. Se sale de la estricta penitencia para intuir que la Resurrección del Señor está cerca, que es hacia donde se encamina el Pueblo de Dios.

Después de una semana con lluvias, viento y frío, llego el cuarto domingo de Cuaresma, ‘Laetare’, con esa alegría del sol que imperó durante toda la jornada de besamanos en la ciudad. Día, por tanto, grande en lo puramente fervoroso y también en lo climatológico. La respuesta de muchos jerezanos fue masiva en los templos donde las imágenes estaban expuestas a los devotos. Mucho público y muchas ganas de Semana Santa se pudo intuir durante todo el domingo.

A un paso de la llegada a esa recta final que es la quinta semana de Cuaresma, llegaron las imágenes con un fuerte contenido devocional en la ciudad. Cofradías añejas y cargadas de historia como es el caso del Ecce-Homo en la iglesia de San Dionisio. A un paso de la Asunción, el Santísimo Cristo de la Lanzada que en el año de su 75 aniversario recibió a cientos de visitantes y devotos. Y Madre de Dios del Patrocinio en la capilla de Santa Marta.

Por otro lado, en San Miguel, El Señor de la Sentencia y María Santísima del Valle. Dos puntales importantísimos en las cofradías de la ciudad que también recibieron a una gran afluencia de público y vecinos del barrio. La Virgen de la O en Capuchinos, Misericordias en San Ana, Madre de la Iglesia en María Auxiliadora, Bondad en San Juan de Dios o María Santísima del Consuelo en las hermanas de la Cruz destacaron como lo pudieron hacer el Sagrada Descendimiento en la Victoria —maravillosa representación del genial don Luis Ortega Bru— o la Virgen del Desamparo en Santiago que estaba maravillosamente vestida por José Luis Romeral.

En la zona Sur, la Virgen del Amparo presidía ante el portentoso crucificado de la Sed que es una maravilla de imagen del Señor clavado en la cruz. Y en San Rafael, el Señor de la Salud que ocupaba el altar mayor de la parroquia este año.

Y allá donde la ciudad pierde su rumbo y se abre a los exteriores, la bellísima Virgen de la Piedad. Maravillosa como siempre. Reinando en la capilla del Calvario. Si hay un motivo de alegría o ‘laetare’ en el cuarto domingo de Cuaresma, la Virgen de la Piedad nos la certifica con tan solo su presencia cerca de los que la sentimos en nuestro corazón mariano. Nunca un domingo fue tan refulgente. Salió el sol y llegó la Reina que gobierna el Calvario con su encanto para hacernos más radiante esta Cuaresma a la que le queda un breve suspiro.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios