OFRENDA MILITAR

El Ejército hace su tradicional homenaje a La Defensión

  • La misa fue oficiada por el vicario episcopal castrense de la Armada, Javier Orpinell

De nuevo la primera estampa cofrade del Martes Santo fue ofrecida por la Hermandad de la Defensión. El convento de Capuchinos acogió durante la mañana de ayer la tradicional misa de ofrenda del Ejército, renovando de esta forma los vínculos que unen a la cofradía con los militares desde que el titular de la hermandad, obra de José Esteve Bonet, llegara a la ciudad con honores militares del Regimiento número 18 de España desde Valencia. De esta forma el encuentro se considera uno de los eventos cofrades más importantes tanto en su significado como en su espectacularidad y solemnidad visual que caracteriza un desfile militar.

Unos minutos antes de las once, la junta de gobierno de La Defensión formaba una procesión presidida por la arbórea cruz de guía que anuncia cada martes la llegada de la Hermandad en la entrada de la capilla por la calle Sevilla. Así recibieron a las Fuerzas Armadas de tierra, mar y aire que se daban cita en el evento. Juntos formaron un desfile dirigido a la entrada del templo por la calle Divina Pastora, en el que acompañaron también el cuerpo de gobierno del Ayuntamiento, encabezados por María José García-Pelayo y Antonio Saldaña. Mientras los integrantes de la Hermandad, Ayuntamiento y Ejército ponían camino al altar de Capuchinos, la banda del Soria 9 tocaba ‘Cristo de la Defensión’, mientras los sones se mezclaban con la campana del convento que anunciaba las once de la mañana.

En una ceremonia oficiada por el vicario episcopal castrense de la Armada, Javier Orpinell Marco, el interior del convento había sido galardonado para uno de sus eventos más importantes del año. Después de la homilía ofrecida por Orpinell, el secretario de la Hermandad, Abraham Hernández Parra, tomó la palabra para anunciar que La Defensión iba a hacer miembro honorario al general jefe de la Fuerza Terrestre, José Ignacio Medina Cebrián, que se arrodilló ante el Cristo para hacer el juramento. Momentos después, mientras retumbaba en el convento la marcha ‘La muerte no es el final’, se realizó el sentido homenaje a los caídos, entregando una corona de laurel a los pies del paso de misterio.

La solemne ceremonia concluyó con la bendición del pendón castrense a los caídos oficiada por Orpinell. A la misa también acudieron diversas autoridades civiles y militares entre las que se encontraban el almirante de la Base Naval de Rota y el general de Mando de Personal del Ejército del Aire. El punto final del especial encuentro lo puso la banda del Soria 9 tras tocar ‘Toque de Oración’.

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