Metáfora de la inocencia

Entrada triunfal en Jerusalén

La Borriquita se refugió de forma temporal en la Catedral al empeorar el tiempo.

El misterio de la Entrada Triunfal, entre un río de fieles junto a la iglesia de San Marcos.  Foto: Miguel Ángel González
El misterio de la Entrada Triunfal, entre un río de fieles junto a la iglesia de San Marcos. Foto: Miguel Ángel González
Javier García Rincón

21 de marzo 2016 - 09:14

MIRANDO al cielo y al móvil, que las ciencias adelantan que es una barbaridad, con la incertidumbre metida en el cuerpo por lo sospechoso de los partes meteorológicos. Así es de la manera que comienzan los cofrades de Jerez, y de toda Andalucía, esta Semana Santa.

La Semana Mayor, cuyo preludio vivimos el sábado en una extraordinaria jornada de Vísperas, se hizo plenitud en la jornada de ayer, Domingo de Ramos, en cuanto la cruz de guía obra de los hermanos Buzón se plantó en la puerta trasera de la Escuela de San José, a la espalda de San Marcos.

Más de una vez he oído que colegios hay muchos en Jerez, pero que Escuela sólo hay una, y esa es la de San José, el viejo almacén de diezmos en el que se han educado a generaciones y generaciones de jerezanos. Y es que en Jerez es Semana Santa cuando más de cuatrocientos cincuenta nazarenos, sin contar a los más pequeños, vestidos de antifaz de raso de azul y túnica y capa blancas, con su algarabía y sus palmas, se echan a la calle y hacen presente el espíritu lasaliano en las calles de nuestra ciudad.

Hermoso detalle, al entrar en la Carrera Oficial, el entregar en el palquillo una palma, regalo de la hermandad homónima de Sevilla pero trenzada este año por dos hermanas de la cofradía.

Detrás de los hermanos que van tras la Cruz de Guía antes mencionada, portando sus características palmas que rememoran el pasaje evangélico de la Entrada en Jerusalén, apareció la imagen del Jesús triunfante a lomos de una pollina, obra del imaginero Tomás Chaveli. Portada por 40 hermanos costaleros a las órdenes de Martín Gómez Moreno. El acompañamiento musical corrió, por segundo año consecutivo, a cargo de la Banda de Cornetas y Tambores del Rosario de Arriate (Málaga), con un selecto repertorio y tocando con fuerza. A destacar el estreno de la imagen de una niña, obra de Fernando Aguado.

Tienen gran presencia los tres centros que la congregación de La Salle tiene en nuestra ciudad, representados en el cortejo por los banderines de cada uno de ellos, signo del profundo espíritu lasaliano de esta cofradía, que este año estrena un Simpecado obra del astigitano Jesús Rosado.

Por último, cerrando esta maravilla de alegría que inunda nuestras calles, el palio con la bendita imagen de Nuestra Señora de la Estrella, madre de todos los lasalianos, obra que saliera de las gubias de Sebastián Santos. Treinta costaleros, hermanos también de la Cofradía, portaban a la Dolorosa a las órdenes de Manuel Serrano, con las notas de la Banda Municipal Enrique Galán de la vecina localidad de Rota.

A reseñar, que al cierre de esta edición la Hermandad optó por refugiarse en la Santa Iglesia Catedral ya que comenzó a chispear al borde de las ocho y media de la tarde y los pronósticos meteorológicos no eran precisamente halagüeños. A las nueve y cuarto de la noche inició el regreso a su templo acortando por José Luis Díez, donde le sorprendió un nuevo chaparrón y tuvieron que hacer un sobresfuerzo por llegar antes a su templo a paso de agua.

stats