La Catedral volvió a abrir sus puertas en la mañana de ayer para dar cabida a una de las citas más importantes para la Hermandad de La Viga, el recibimiento del bastón de mando de la ciudad de manos del Ayuntamiento. Justo al acabar la misa de once, el primer templo jerezano abría su puerta principal para recibir a una docena de representantes del cuerpo de gobierno jerezano con Antonio Saldaña a la cabeza. La junta de gobierno de la Hermandad, presidida por el estandarte y el hermano mayor de la cofradía, Juan Antonio Valenzuela Caro, les dio la bienvenida.

Tras el recibimiento, los representantes de ambos cuerpos de gobierno procesionaron hasta el lado izquierdo del altar principal de La Colegial, frente a los pasos del Cristo de la Viga y Nuestra Señora del Socorro. Antonio Saldaña, en representación del Consistorio en su papel como primer teniente de alcalde y hermano mayor honorario de la Hermandad, subrayó los vínculos históricos que “unen al Cabildo municipal y a esta cofradía”. También destacó la renovación de una tradición que data de 1947.

El primer teniente de alcalde recordó que este acto pone de manifiesto “la íntima relación de la ciudad con instituciones que mantienen vigente sus raíces seculares con un presente pleno de vitalidad”. Saldaña también señaló la profunda relación que une a la Hermandad con la ciudad, que “adquiere un cariz especial de la mano de la copatrona de Jerez desde hace 401 años. Hace cuatro siglos que el Consistorio decidió dedicar fiesta perpetua a Madre de Dios del Socorro”.

Tras la entrega, Valenzuela señaló el “orgullo que supone para la cofradía la renovación de este voto  que supone el primer juramento que se adoptó cuando se creó la Hermandad”. Terminó su coloquio deseando que los titulares de la cofradía ayudaran a “socorrer a la ciudad. Que den la luz a sus gobernantes para que entre todos lleguemos a una buena comunión fraterna y alcancemos el único objetivo común, el bienestar de nuestra ciudad”.