Cofradías

La Virgen de los Dolores recogió las gracias de sus costaleros

  • La titular mariana de las Tres Caídas acudió a San Juan de los Caballeros a pesar de la mala meteorología

La Virgen de los Dolores en el recorrido de ida hasta San Juan de los Caballeros.

La Virgen de los Dolores en el recorrido de ida hasta San Juan de los Caballeros. / Pascual (Jerez)

A las nueve de la mañana, los cofrades de las Tres Caídas salían del santuario diocesano de San Lucas para acudir a San Juan de los Caballeros acompañando a Nuestra Señora de los Dolores. La amenaza de lluvia cambió la hoja de ruta y la hermandad de la Vera Cruz abrió sus puertas para que la misa y el acto de reconocimientos por parte de la asociación ‘Costaleros por Nuestro Mayores’ se pudiera llevar cabo bajo techo.

La procesión, quizá algo cortita de hermanos con luz, llegó a San Mateo donde el Señor de las Penas frente a la Virgen del Patrocinio esperaba a La Reina de San Lucas. La bellísima imagen de la dolorosa del Miércoles Santo llegaba ataviada con un manto cedido por los cofrades de los Dolores de la hermandad del Cautivo de Chipiona. Los varales, los de la Soledad de Arcos mientras que el palio —que era de respeto— fue cedido por los hermanos de la Vera Cruz. La parihuela había sido traída desde Sevilla, concretamente de la calle Feria donde reside la hermandad de Montesión.

Escuchar a la banda de Gerena era toda una delicia. Muy afinada y con una interpretación perfecta. Sonaron marchas un tanto más alegres. Iniciativa acertada al tratarse de un acto de gracias y de cierta alegría por el estado de la pandemia que hará que la solidaridad costalera haya tocado a su fin al menos en este aspecto. Sonó Estrella Sublime por la calle Ancha como un piropo al rostro girado de la Santísima Virgen con esa mirada abstraída. La comitiva llegó con cierto ritmo a San Juan de los Caballeros.

La vuelta

A la una del mediodía y algunos minutos, la procesión salía para San Lucas. Mala suerte que la lluvia robara a los asistentes un momento tan bello como la salida de la Virgen al son de Nuestra Señora de los Dolores, una gran marcha de Francisco Orellana. Ante la inclemencia de la lluvia, la dirección de cofradía decidía volverse sobre sus pasos y entrar en San Juan. Hasta las ocho de la tarde, la Virgen no pudo salir, ya con pronósticos mucho más positivos. Y así, a un buen ritmo, quedó de nuevo recogida la Santísima Virgen de los Dolores en su casa. Gracias Madre por tanta solidaridad. Gracias por hacer única la mañana de un domingo por la simple razón de que tu hermosura lucía elegante por las calles de la ciudad.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios