Reportaje · Arte

El buen oficio de restaurar

  • La labor de intervención sobre el patrimonio de las hermandades se ha profesionalizado en los últimos años.

En los diversos rankings de salidas laborales de titulaciones universitarias, Bellas Artes se coloca en las últimas posiciones. Las perspectivas suelen ser negativas y prima, sobre todo, la vocación en una tarea tan complicada. Entre todas las ramas, la restauración es una de las que cuenta con mayores posibilidades. Se trata de una labor que reúne la destreza artística y la exhaustividad del procedimiento científico. El enorme patrimonio religioso español ha propiciado que muchos se especialicen en esta tarea. Así, un puñado de jerezanos ha encontrado una fuente de trabajo estable. Desde hace unos quince años, las cofradías de la Semana Santa de Jerez se han empezado a preocupar. Antes, explican los profesionales, cualquier hermano un poco 'manitas' no tenía rubor a la hora de tratar imágenes, aún con la mejor de las intenciones. Era lo que se llama el 'adecentado', que aplicado de forma inadecuada provocaba algunos estropicios. Eso, por fortuna, se ha acabado.

Las restauradoras Cristina Espejo y Pepa Segura tienen un taller en el que tratan imágenes de la Semana Santa jerezana. Espejo finalizó sus estudios en 2008. Pasó por Nápoles para refinar su trabajo y "nada más terminar empecé a trabajar con Paco Bazán", uno de los referentes de la restauración, fallecido en 2013. "Con todas las imágenes que he tratado he sentido algo especial. Al ser yo cofrade, me viene desde niña ese deseo de intervenir, de tener la imagen en buen estado". Le cuesta decidirse y muestra una enorme precaución. "El duelo de La Piedad, que son numerosas figuras, fue un reto porque estaba en mal estado". Cuenta que laboralmente su gremio está bastante mal pero que la demanda litúrgica es la más importante. De hecho, en Jerez, además de restaurar imágenes de particulares, ha trabajado para el Museo Catedralicio.

Otro joven restaurador es Antonio Lara, que además de licenciado en Bellas Artes estudió un máster de Diagnóstico y Restauración. "La intervención más común es la reparación de roturas de alitas, manos y de la parte del dorado", señala. Por lo general, "se trabaja mucho sobre las imágenes secundarias. Una que puedo nombrar es la limpieza de los evangelistas del canasto de la Buena Muerte de Cádiz". Con especial cariño recuerda la intervención realizada en un convento en Zafra (Badajoz). "Nos llamaron para restaurar el retablo que tienen allí las monjas de Santa Clara. Nos dejaron pasar a las estancias que no están abiertas al público. Fue muy bonito. Tanto, que restauramos una virgen que no entraba dentro del itinerario que nos habíamos marcado. Tuvo un gran significado emocional para ellas".

Sobre el gran patrimonio artístico de santos e imágenes con el que cuenta el Sur, Antonio Lara considera que tiene una doble vertiente. Por un lado, "al ser Andalucía tan devota, existe mucha cantidad y un gran cariño al trabajo que realizamos", pero, por la misma razón, "el hecho de que se saque tanto a la calle hace que sufra". A esto se le suma que, porque es un evento social, se acaban imponiendo 'modas'. "En el resto de España las imágenes no se han tocado, pero si aquí de repente gustaba que se pintaran los ojos de azul o se pusiese barba, cualquier hermano lo hacía", una práctica que, insiste, ya no se da. Espejo también dice que el trabajo de los restauradores se respeta cada vez más, "pero aún tendrían que seguir conciendiándose las hermandades de que hay que proteger el patrimonio".

Agustín Pina lleva algunos años más trabajando en la Semana Santa de Jerez, 27 para ser exactos. Ha vivido cómo las cofradías cambiaban su percepción sobre la importancia de restaurar. Independientemente de que lo hiciera un hermano 'manitas' o un profesional, "muchos se asustaban de que se trataran las imágenes y esto se ha naturalizado cuando hemos llegado nosotros". Subraya que es mejor prevenir que curar. "Yo siempre hago un símil médico. Es preferible hacerse chequeos cada cierto tiempo que llegar medio muerto a un hospital y esperar que te curen. Siendo realista, gran parte de las imágenes de nuestra Semana Santa está en la tercera edad. Entre sus trabajos se encuentra la restauración de la capilla del Sagrario de San Mateo. Por devoción, le resultó muy gratificante trabajar sobre la virgen del Carmen. "Por satisfacción profesional, puedo nombrar la labor realizada sobre el Señor de Las Penas, en cuanto al reto que planteaba".

Al esfuerzo realizado por las cofradías para restaurar se debe sumar, señalan, una mejor conservación. En ocasiones se olvidan de las imágenes hasta el año siguiente, lo que produce carcoma si la estancia no se encuentra en condiciones óptimas que la aíslen de la humedad, el calor u otros condicionantes. Si ocurre, de todas formas, la Semana Santa de Jerez tiene la garantía de que se encuentra en las manos de grandes cirujanos.

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