La Lanzada

El fervor carmelita y basilical del Jueves Santo jerezano

  • La hermandad ofreció emotivos homenajes a Joaquín Baro y Jesús Bernabé

Joaquín Baro y Jesús Bernabé, dos nombres propios que han marcado la jornada de los hermanos de La Lanzada en este espléndido Jueves Santo. El que fuera hermano mayor de la cofradía carmelita fue recordado en la mañana de ayer en un emotivo acto durante los cultos previos a la salida procesional. Un hermoso gesto ha servido igualmente para recordar a Jesús Bernabé, miembro de la junta de gobierno de la hermandad que falleció el año pasado, su vara ha procesionado prendida en la canastilla del paso durante toda la estación penitencial. Con este gesto simbólico, la junta de gobierno ha querido recordar a la figura de su compañero ya desaparecido, al igual que ha honrado y recordado a los demás miembros de la hermandad fallecidos con un crespón negro.

La Hermandad de la Lanzada iniciaba su estación penitencial a la Santa Iglesia Catedral pasadas las siete de la tarde. A esa hora, las puertas de la Basílica del Carmen se abrían para dejar paso a su Cruz de Guía. Un murmullo de admiración y recogimiento se adueñaba de los aledaños del Carmen, extendiéndose por las señeras calles de su collación. Han sido los primeros compases de una procesión en la que ha vuelto a primar la austeridad y la penitencia de los hermanos de la Lanzada, eso sí, apostando nuevamente por la música de la Unión Musical Astigitana tras su único paso. Poco a poco, los hermanos completaron un magnífico paso procesional por Carmen, Sedería o Tornería hasta alcanzar la Carrera Oficial.

Con un cortejo más nutrido que en años anteriores, la Hermandad ha aumentado en más de 40 hermanos sus filas, la Lanzada ha ofrecido graves y solemnes momentos en esta maravillosa jornada de Jueves Santo. Un año más ha acompañado a la cofradía carmelita el banderín del colegio de las Josefinas, una hermandad entre ambas instituciones que está dando sus frutos y es que ya son numerosos los estudiantes del centro educativo que se han inscrito como hermanos en la Cofradía del Carmen. Una unión espiritual que cada Jueves Santo se acrecienta.

Tras su paso por la Carrera Oficial y su estación penitencial en la Santa Iglesia Catedral, la Hermandad de la Lanzada de Nuestro Señor Jesucristo, María Santísima de Gracia y Esperanza y Nuestra Señora del Buen Fin han protagonizado momentos inigualables de devoción, fe y recogimiento en su vuelta a su templo por calles como Carpintería Baja, plaza Peones o la plaza del Carmen, completando una de las más bellas y magníficas estampas del Día del Amor Fraterno.

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