Vera Cruz

Origen secular y 50 años en las calles

  • La Vera Cruz expuso su estilo de cofradía antigua en el día de sus 50 años saliendo

Elegancia, estilo y consolidación de una estética muy determinada son las conclusiones que se pueden extraer de la presencia en las calles de la Vera Cruz en un Jueves Santo donde esta cofradía cumplió con su misión penitencial, la misma que lleva a cabo desde hace siglos y que avala un recorrido histórico unido al de la propia ciudad. Es el jueves Santo de la historia cofrade de Jerez, el día en el que salen las dos hermandades que reivindican la primacía de la antigüedad. Por encima de debates lejanos en el tiempo, es la hermandad de la 'Verdadera Cruz', la que luce el Lignum Crucis en el primer 'paso', que es su Cruz de Guía, que se convierte en unas andas donde se venera esa reliquia de la Cruz del Redentor. Señalando el camino, el muñidor hizo sonar su campana y la marcha de los cuatro hermanos que la portaron elevando sus horquillas para avanzar sobre el viejo adoquinado de Melgarejo hacia San Juan, donde esperó la representación corporativa del Amor. Entre tanto, San Juan de los Caballeros siguió dejando escapar a los nazarenos de negro del tramo del misterio hasta que la fortaleza del martillo del paso, este año en manos de Eduardo Biedma, hizo retumbar el ronco sonido metálico de la llamada para poner en la calle el misterio de las tres cruces, la de Cristo en la conversión del buen ladrón, todo con la música de capilla tan característica en este paso. No en vano esta hermandad fue la primera en situar delante del paso al oboe, fagot y clarinete interpretando motetes. Una primacía que es de desear que perdure pese a determinadas inquietudes, influencia de unas que dejen como recuerdo una época en la que el respeto a un estilo y a unas formas imperaban sobre lo que apetece a quienes puntual y coyunturalmente administran los destinos de la hermandad. Afortunadamente, ayer las cosas siguieron como siempre, como se ha establecido desde hace años en la que fue la primera cofradía en salir en penitencia en Semana Santa allá por el siglo XVI; la que cada año ha venido reforzando su forma de ser en la calle y en que este 2010 llega a los 50 años saliendo de forma ininterrumpida, desde que se reordenó para volver a traer a Jerez la tradición de la Vera Cruz. Eso marca una forma de estar y de ser que se ha venido cultivando, pese a los orígenes modernos de la hermandad y su vinculación con los colegios Marianistas, un nuevo rumbo establecido hace medio siglo que no entorpece la fidelidad a unos orígenes seculares. Y con la antigua devoción y advocación de Santa María de las Lágrimas en su palio azul oscuro de formas decimonónicas, enriquecido por un buen gusto carente de las estridencias de otros estilos; de la suavidad serena de un palio andando de frente con la música más escogida para proclamar la exclusividad y la identidad más pura de la Vera Cruz.

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