Con la iglesia topó Antonio Ruiz a final de los años 80. Casi literalmente. Bien conocido por todo el ámbito cofrade es el hecho de que el primer obispo de la Diócesis de Jerez, Rafael Bellido, no era partidario de dar el visto bueno a nuevas hermandades. El aumento de la nómina de hermandadesfue un asunto pendiente del prelado. Sin embargo, Antonio Ruiz supo derretir la coraza de Bellido.

Afiliado de la ONCE desde hace más años de los que recuerda, Antonio Herrero tiene actualmente un 96% de la visión perdida, algo que no le impide disfrutar de la hermandad que el ‘ha parido’, como dice cada vez que tiene oportunidad.

Un buen día, se reunió con el primer prelado jerezano para presentarle ‘un asunto’. Bellido le dijo que le mostrara de qué se trataba y Antonio le puso una bolsa de plástico sobre la mesa del despacho. “¡Anda, Antonio! Es la primera vez que me presentan un tema metido en una bolsa de plástico”, rió Don Rafael. Dentro, había una talla en minuatura de Cristo Resucitado. A día de hoy, Antonio Ruiz, sigue sin poder describir muy bien la cara que puso el opisbo de la Diócesis. “Tras un rato en silencio y observando a la pequeña talla me dijo que lo trajera a tamaño natural, y que la hermandad saldría para adelante”.

Casi un año después, Antonio y otro miembro de la hermandad se trajeron a la talla del taller gaditano de Luis González Rey. El trayecto fue tenso, recuerda el fundador de la hermandad. “Lo montamos en la baca del coche, muy bien tapado y arropado, pero fue el camino más largo de mi vida. Qué horita más larga hasta llegar a la Catedral”.

Una vez que el obispo vio la talla en la Catedral no puso resistirse. “En ese momento dijo a José Luis Repetto que la hermandad saldría de la Catedral, y que nunca se nos olvidara que era la hermandad del obispo”.

Hoy, 26 años después, la hermandad goza cada vez de más reconocimiento en la Semana Santa. Si el tiempo lo permite por fin podrán estrenar la túnica y la procesión de la Virgen de la Luz, que la lluvia impidió el año pasad