Será, sin duda alguna, la Semana Santa de la transición. Pasar de la epidemia a la normalidad total del 2023 y, además, puente de una Semana Santa futura con un gran emplazamiento nuevo en los alrededores de la Catedral que acercará más y mejor la sede episcopal al centro de la ciudad.

Los hermanos mayores serán hoy informados por parte del consejo de la Unión de Hermandades de la imposibilidad de poder hacer una Semana Santa normalizada en la zona de José Luis Díez y el Arroyo. Las obras que se están acometiendo no estarán finalizadas según los proyectos previstos para la zona. Además, esta intervención viene de la mano de los Fondos Europeos y es imposible poder seccionar por fases la reforma emplazamiento. Hay un plazo para acometer la intervención y no es posible otra solución más con convivir entre hormigoneras y pasos y nazarenos por esta zona.

En la calle José Luis Díez se habilitará un paso, justo en la parte donde se sitúa la parada de taxis, para el paso de las hermandades hasta llegar a la calle Visitación y entrar en la Catedral. Las hermandades que vayan para la parte histórica de la ciudad y el norte, no tendrán más remedio que tomar calle Cruces y pasar por una zona habilitada para las procesiones con el fin de cruzar hasta la calle Barranco. Será imposible el paso de las hermandades por José Luis Díez al estar levantada. La situación obliga a las hermandades a tomar la calle Carpintería Baja y llegar a Sedería, Santo Ángel y Tornería. La zona de José Luis Díez era un desahogo para algunas hermandades que volvían por esta zona y descongestionaban la zona de Carpintería.

La Semana Santa de 2022 será distinta a las demás. La de la vuelta de las procesiones tras dos años de parón y también la de ir esquivando las obras que estarán presentes en el centro neurálgico donde pasan las cofradías para hacer su estación de penitencia en la Catedral jerezana.