Jueves Santo en Jerez | La Sagrada Lanzada

Jueves Santo de elegancia en el Carmen

  • La hermandad de la Lanzada fue una estampa de buen gusto en la tarde noche de ayer

Santísimo Cristo de la Lanzada.

Santísimo Cristo de la Lanzada. / Manuel Aranda (Jerez de la Frontera.)

Por la mañana se respiraba optimismo en la basílica del Carmen. Los cofrades de la Lanzada veían con ojos esperanzadores la tarde. “Saldremos esta tarde. No hay de qué preocuparse”, comentaba el padre Alejandro Peñalta, prior de la comunidad de religiosos carmelitas de Jerez. Además este año se facilitaron las cosas para la dirección de cofradía. Los oficios se celebrarían a las 13 horas y habría más tiempo y tranquilidad para montar el elegante cortejo de nazarenos de cola color marrón.

Preciosa túnica de la Lanzada que se confundió con la tarde ciertamente nublada, pero tranquilizadora, como la mirada de sus cofrades horas antes de que el reloj marcara diez minutos para las ocho de la tarde. Un cortejo que poco a poco fue avanzando hasta que llegara el magnífico paso de misterio que hace ya algunas décadas tallara Manuel Guzmán Bejarano. Parecía que iba de estreno. Jaime Racero dio la órdenes oportunas y el canasto comenzó a bajar la rampa para que Cristo tocara el suelo jerezano. Sonó la banda de música de ‘Nuestra Señora del Carmen’ del Prado del Rey. La marcha Cristo de la Lanzada que hiciera Rafael Márquez Galindo. Y el cortejo comenzó a tomar la calle Carmen para buscar la carrera oficial. Este año con la venia concedía con la Oración en el Huerto que pasaba por delante de esta elegante cofradía carmelitana.

El paso lucía un bonito exorno floral de claveles rojos -clasicismo ante todo- con cardos y helechos en un paisaje naturalista que resultaba además muy cofrade.

Fueron hasta ciento setenta y cinco nazarenos que formaban el sendero maravilloso para el Señor que clavado en la cruz brota de su costado sangre y agua.

La hermandad sacaba varios estrenos para la tarde del Jueves Santo. Saya bordada por Alberto Florido para Nuestra Señora del Buen Fin y un llamador en bronce hecho por el orfebre Antonio García Falla bajo un diseño de Pedro Ramírez Pazos. El carro del profeta Isaías que tanto tiene que ver con el espíritu carmelitano. También la cofradía sacaba una túnica en seda salvaje para María Magdalena y la espada gladius para el romano Longinos.

Cumplimentó su estación de penitencia la cofradía volviendo desde la Catedral por Curtidores, Peones y Carpintería Baja. Posiblemente el mejor lugar para disfrutar de este cortejo con ese gran misterio. Un año más, los cofrades de la Lanzada aportaron su elegancia al Jueves Santo. En algo más de cuatro horas que dura su estación. Lo bueno, si es breve, se multiplica por dos. Se trata del pequeño paréntesis que tienen los cofrades para disfrutar de esta gran cofradía.

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