Cofradías

Jerez volvió a mirar la Minerva

  • La procesión sacramental volvió a congregar a fieles y cofrades en la mañana de ayer en San Miguel

Custodia en la procesión de Minerva

Custodia en la procesión de Minerva / Manuel Aranda (Jerez de la Frontera)

Eran las diez y diez de la mañana cuando se abrieron las puertas del templo parroquial de San Miguel y se procedía a la salida de la cruz de guía de la hermandad del Santo Crucifijo de la Salud. La banda del Nazareno de Rota arrancaba con la marcha 'Encarnación Coronada', en un guiño hacia la Madre Dolorosa de los cofrades del 'Silencio Negro'. Nuestra Señora de la Encarnación que algún año sí que ha salido en esta antigua procesión sacramental que relaciona a la antigua hermandad jerezana con la romana iglesia basilical de Santa María sopra Minerva.

Así, en una vieja reminiscencia del pasado que entronca con el templo edificado sobre el antiguo romano dedicado a la diosa Minerva -de ahí su nombre-, volvía mis mirar el pasado más reciente. Cuando Jerez pertenecía a la Archidiócesis de Sevilla. Y ese detalle todavía se conserva con la salida de la Virgen de los Reyes. Patrona de la capital hispalense que en San Miguel recibe culto y en su capilla propia.

La procesión sacramental de Minerva no deja de ser el sustrato del paso del tiempo. Del reencuentro con una antigua tradición que tiene como centro el Santísimo Sacramento del Altar. Sobre su magnífica custodia que cincelara Juan Laureano de Pina. En ese viril que contienen al Cuerpo del Señor y donde toda rodilla se dobla a su paso.

La procesión contó con la participación de un elevado número de cofrades de la hermandad del Santo Crucifijo. Y representación de las hermanadas, como las Angustias o el Rosario de Montañeses, cuyo templete se volvió a echar de menos este año y que no procesiona hasta que se pueda acometer la pronta y necesaria restauración del mismo.

Más allá, las representación clásicas de las sacramentales que no faltaron a la cita de San Miguel. Y la representación de cofradías vecinas como Humildad y Paciencia o las Cinco Llagas.

Sonaron a la perfección las bandas del Nazareno de Rota y la Sinfónica de San Fernando. Quizá con un repertorio ciertamente moderno y casi desconocido. Habría que echar mano del archivo y desempolvar las marchas de toda la vida. Las clásicas que nunca pasan de moda. La afinación, perfecta.

Y así fue desarrollándose la procesión. Entre alfombras de colores para el Santísimo y el acompañamiento como preste de Manuel Lozano Jiménez como párroco, acompañando al paso de la custodia cuatro diáconos permanentes de la Diócesis de Asidonia-Jerez. Volvió a lucir Minerva. Y lo cito cimentada en la historia. En aquella que fue enterrada por ser templo pagano y que ahora recobra su nombre para dar honor al Santísimo Cuerpo de Nuestro Señor Jesucristo.

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