El postureo cofrade

Juan Pedro Lobato

21 de febrero 2016 - 14:33

VA a sonar redundante en esta sección, pero algo que debería tener en mente la gente es que el hábito no hace el monje, y mucho menos en Semana Santa. No por ir con el traje de chaqueta más caro, la gomina más luminosa, la corbata más llamativa y el pañuelo combinado con la camisa va a disfrutar más del arte en la calle que otro que vaya con su jersey y sus vaqueros. El cambio de los tiempos y la modernización de la vestimenta debe llegar también al mundo cofrade, y aunque haya quien se sienta tan a gusto con traje y hasta chaleco, eso es motivo para mirar por encima del hombro al del chaquetón con gorro. Está bien tener esto en cuenta porque al final la mayoría terminamos rechazando clichés como el del señorito jerezano, que también tiene que haberlo pero no debe marcar la tendencia. En mi caso, siempre he relacionado la Semana Santa con la comodidad, pues muchos años he sido de esos ‘fatiga’ que quería ver a la vez Las Tres Caídas por plaza Belén, El Prendimiento por Santiago y a La Amargura por Las Angustias, y el traje no se me antoja lo más idóneo para patearse el centro de extremo a extremo. Eso sí, olé por aquellos que lo consiguen. Pero no, no sois más cofrades que yo.

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