El abogado de 'el lama de Murcia' asegura que no suministraba mercurio a sus fieles

El abogado de Trascendencia Total ha explicado en una entrevista que el mercurio lo utilizaba para experimentar "de forma íntima".

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Vista de la finca budista Mahasandhi de Abanilla
Vista de la finca budista Mahasandhi de Abanilla / EFE
Carmen P. Acal

09 de diciembre 2023 - 11:55

José Manuel C., más conocido como Trascendencia Total y líder de la organización budista Fundación Mahasandhi (catalogada como secta), ha asegurado que jamás hizo ni tuvo la intención de hacer daño a nadie.

El hombre se encuentra en prisión provisional desde hace una semana por, presuntamente, drogar a sus acólitosofreciéndole elixires de elaboración propia fabricados con mercurio, por tráfico con drogas, asociación ilícita y delito contra el medio ambiente. Según el acusado, si la Policía descubrió mercurio en sus propiedades, insiste, era porque "experimentaba" con esta sustancia, pero de un modo “íntimo”, no para que la tomasen sus fieles.

Así lo explica a La Opinión de Murcia, del Grupo Prensa Ibérica, Pablo Martínez, el abogado defensor de Trascendencia Total. Según sostiene el letrado, “Jose Manuel es una persona que en los últimos años ha estado más bien retirada en su casa”, la cual se encontraba en los terrenos de Abanilla donde se ubica la fundación que ya ha sido precintada por la Policía Nacional y que cuenta con varias hectáreas.

Según informó este cuerpo, el sospechoso almacenaba en un zulo que construyó dentro del complejo 180 kilos de mercurio y cinabrio. El mercurio lo habría obtenido de manera ilícita de una antigua explotación minera de Almadén.

“A título personal, en su intimidad podía experimentar con pequeñas cantidades de mercurio”, afirma el abogado, que precisa que su cliente “tiene más de 2.000 libros, estuvo 14 años en la India con maestros hindúes y estaba estudiando hierbas y productos”.

Pablo Martínez reitera que a José Manuel “le gustaba experimentar con diferentes materiales: el mercurio, una vez solidificado en esferas, no es tóxico". Y es que el lama creía que este material poseía "propiedades”. Sea como fuere, “es una cosa personal, íntima, privada suya, ajena a la fundación y ajena al laboratorio".

Se refiere a unos almacenes, en la Vega Media, que también fueron registrados por la Policía Nacional. “Ahí hay una empresa que comercializa productos legales, jamás se ha mezclado nada con mercurio”, asegura el abogado, que admite que José Manuel “es socio de esa sociedad”. “Qué casualidad que, cuando a otro socio le quitan el sueldo, va y denuncia”, espeta.

Martínez está a la espera de que se practiquen análisis a los “productos y muestras” que se llevó la Policía de ese laboratorio para que se vea que “no hay nada irregular ni penalmente relevante”. En este sentido, lamenta que “las medidas de bloqueo temporales acordadas judicialmente de las cuentas bancarias han abocado a la empresa a una situación muy delicada, de la que se tendrá que reponer una vez que se acredite que los productos comercializados no tienen mercurio".

Sobre Mahasandhi

En cuanto a la fundación Mahasandhi, el letrado explica que “es ajena al laboratorio, también tiene funciones sociales: mandan dinero a tibetanos que están en el exilio, para que puedan comer, tener medicamentos, sanidad...".

En cuanto a los cursos de yoga y retiros que se llevaban a cabo en Abanilla, incide en que “jamás se ha hecho nada al margen de la ley”, al tiempo que subraya que la fundación “no es ninguna secta”. “Por ahí han pasado miles de personas, hacen su curso y se va a su casa”.

Por otro lado, el penalista insiste en que José Manuel “no ha vertido nada ilegal ni de manera consciente al medio ambiente” y sostiene que, cuando se practiquen los pertinentes análisis, se verá que no hay “ningún resto de mercurio en la fosa séptica de su vivienda", como tampoco en los productos del laboratorio.

Pablo Martínez manifiesta que Trascendencia Total solo pretendía “promover la cultura budista” y reitera que “jamás hizo mal a nadie”. “Si se ha podido equivocar en algo, no tendría trascendencia penal, sería administrativa”. Achaca los registros en sus propiedades a una “venganza personal” llevada a cabo por “gente con intereses espurios”. Aunque espera demostrar su inocencia, lo sucedido puede acabar con el trabajo de muchos años de muchas personas y "la reputación de la fundación puede verse mermada por esto”, lamenta su defensor.

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