Sostenibilidad hortícola: lograrla y documentarla
Opinión
Almería es capaz de implementar nuevas prácticas con rapidez, a pesar de la enorme tarea de tener que llegar y motivar a 15.000 agricultores
La sociedad se enfrenta a serios problemas para garantizar la disponibilidad de sus recursos básicos. Por ello, se exigen medidas contundentes de cara a la sostenibilidad, muchas de ellas dirigidas hacia la agricultura, porque ocupa mucho espacio e, inevitablemente, tiene efectos sobre el medioambiente. Especialmente a partir de 2020, con el ‘Pacto Verde’ a nivel europeo, se están formulando nuevas legislaciones al respecto. El sector hortícola no ha necesitado la presión política para organizarse muy bien en algunos aspectos, mientras que en otros afronta retos importantes para cumplir con los objetivos.
La enorme concentración de los invernaderos hortícolas en la provincia ha generado un sector económicamente fuerte, pero a la vez extremadamente vulnerable frente a problemas fitosanitarios y contaminaciones medioambientales. La masiva implementación del control biológico, con sueltas de insectos y ácaros auxiliares, ha ofrecido fantásticas soluciones a partir de 2007. En la actualidad, para optimizar el control biológico y para disminuir la presión de plagas, se adoptan cada vez más medidas agroecológicas, específicamente se toman medidas para aumentar la biodiversidad. Se estima que en los últimos años ya han sido plantado más de 250 Km de setos perimetrales, que es el inicio de un importante cambio paisajístico de nuestra zona dominada por los invernaderos. Con todo ello, la horticultura andaluza ya ha conseguido una producción de alimentos sumamente sanos en un entorno seguro, y cada vez más agradable, para los que trabajan y viven allí.
Evidentemente, la sostenibilidad pasa por más aspectos que solo la implementación del control biológico. Hay que seguir reduciendo la dependencia de productos fitosanitarios químicos, por ejemplo, en el control de enfermedades o la desinfección del suelo. Otra prioridad es la optimización del uso de agua y fertilizantes, para no extraer más agua del entorno de lo necesario y para evitar que los fertilizantes llegan a desequilibrar las vegetaciones y la vida acuática en zonas naturales colindantes. Ayudan mucho las nuevas técnicas de medición que permiten una corrección continua y automatizada de los volúmenes de riego y las concentraciones de fertilizantes. Gracias a instrumentos y aplicaciones cada vez más amigables para los usuarios, se están introduciendo estas técnicas con rapidez. Igual que, en su momento, con la implementación del control biológico, los agricultores se motivan por ver que los cultivos mejoran mucho cuando se dosifica mejor el fertirriego, quedándose más resistentes a enfermedades y más productivos.
Otra clave para la sostenibilidad es el reciclaje del 100% de todos los residuos agrícolas. Con casi la totalidad de los residuos vegetales y, aproximadamente, el 75% de los plásticos reciclados, Almería ya está en buen camino hacia el reciclaje total. Además, la enorme concentración de cultivos bajo cubierto permite, más que en otras zonas productoras, la logística necesaria para conseguir el objetivo. Así, perfectamente se puede convertir un punto débil en la imagen de la provincia en un ejemplo de bien hacer.
Documentar los resultados
No cabe duda de que Almería es capaz de implementar nuevas prácticas con rapidez, a pesar de la enorme tarea de tener que llegar y motivar a 15.000 agricultores para cada cambio. No obstante, aparte de conseguir estos objetivos técnicos, es cada vez más importante que se documenten los resultados de los cambios. Tanto nuevos decretos legales como las certificaciones de todo tipo obligan a demostrar los ahorros en recursos como agua, plaguicidas, fertilizantes y energía; demostrar que se gestionan los residuos adecuadamente. Esto significa que todos los datos relevantes, y en cada finca, tienen que ser documentados en un formato digital, cuya información tiene que ser gestionado por las empresas comercializadoras que comunican con los clientes. Probablemente, la completa implementación y el adecuado uso del libro de campo digital representa el reto más importante a qué se enfrentan las empresas hortícolas a corto plazo.
La documentación de las prácticas agrícolas no solo se realiza por obligación. Al sector productor le interesa muchísimo poder mostrar sus logros a sus clientes y a la sociedad en general. Igual que, después de implementar el control biológico, se ha podido mostrar una impresionante bajada de los residuos de sobre las cosechas, ahora conviene mostrar que también se maneja de la manera más responsable a otros factores básicos que afectan a nuestro planeta. En otras palabras, que Almería sigue progresando con firmes pasos hacia la sostenibilidad.
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