La nueva carrera tecnológica: las big tech se disputan el liderazgo de la era de la inteligencia artificial

Microsoft, Meta, Alphabet, Amazon, Apple y Tesla han presentado resultados récord en plena transformación del sector.

La inteligencia artificial y los servicios en la nube marcan la hoja de ruta de un nuevo orden digital.

Las big tech aceleran su dominio con la inteligencia artificial y la nube como motores de crecimiento

Meta, Microsoft, Apple, Amazon y Google
Meta, Microsoft, Apple, Amazon y Google
Susana C. Gómez

03 de agosto 2025 - 07:00

Cada tres meses, las grandes tecnológicas estadounidenses (que hoy en día es casi como decir las mayores compañías del mundo) inundan los medios de comunicación con una avalancha de cifras astronómicas que el común de los mortales no somos siquiera capaces de asimilar.

Pero algo ha cambiado en los últimos trimestres. Las presentaciones de resultados de Microsoft, Alphabet, Meta, Amazon o Apple ya no giran en torno al hardware, la publicidad o el comercio electrónico. Hoy, todo orbita en torno a dos conceptos que están transformando la industria: la inteligencia artificial y los servicios en la nube.

En esa carrera por liderar la próxima gran revolución tecnológica se están reconfigurando estrategias y prioridades. No todas las big tech avanzan al mismo ritmo, pero ninguna quiere quedarse atrás. Ni siquiera Tesla, que intenta, aunque atraviesa un momento delicado, mantenerse dentro de un grupo que ya no solo domina el mercado, sino que está reescribiendo las reglas del juego digital.

Microsoft y Alphabet imponen el ritmo

Entre todas ellas, Microsoft se ha consolidado como la gran referencia del sector. La compañía de Redmond ha cerrado su ejercicio fiscal con ingresos de 281.700 millones de dólares y un beneficio neto que supera los 101.800 millones, cifras impulsadas por el espectacular rendimiento de Azure, su plataforma en la nube, que creció un 39% en el último trimestre.

La clave, como reconoció Satya Nadella, está en la IA: “Estamos construyendo la pila de tecnología de inteligencia artificial más completa y a mayor escala del mundo”.

Esta apuesta no se limita a lo conceptual. Microsoft ha incrementado su inversión en centros de datos y capacidades IA un 27%, y ha colocado a sus herramientas Copilot -integradas en productos como Office o Windows- en el centro de su oferta, especialmente en el entorno empresarial. El mercado ha premiado esa estrategia con subidas récord en bolsa y una capitalización que ya rivaliza con la de Nvidia.

También Alphabet, matriz de Google, ha vivido un trimestre de fuerte expansión. Entre abril y junio ingresó 96.428 millones de dólares, un 14% más que el año anterior, y obtuvo un beneficio neto de 28.196 millones.

Buena parte de ese crecimiento procede de Google Cloud, que aumentó su facturación un 32% interanual, reforzando el papel de la nube como pilar clave del grupo.

“La inteligencia artificial está en el centro de todo lo que hacemos”, afirmó la directora financiera, Ruth Porat. El grupo prevé invertir unos 85.000 millones de dólares a lo largo de este año, en su mayoría destinados a nuevas infraestructuras para entrenar y desplegar modelos IA cada vez más complejos. Gemini, su familia de modelos generativos, será el motor de esa transformación.

Mark Zuckerberg, Jeff Bezos, Sundar Pichai y Elon Musk, en la toma de posesión de Trump.
Mark Zuckerberg, Jeff Bezos, Sundar Pichai y Elon Musk, en la toma de posesión de Trump. / SHAWN THEW

Meta, Amazon y la IA 'invisible'

En paralelo, Meta ha vivido uno de los trimestres más sólidos de su historia reciente. Con un crecimiento del 22% en ingresos y del 36% en beneficios, la empresa de Mark Zuckerberg ha duplicado su gasto en capital, que ya supera los 30.000 millones de dólares anuales.

El objetivo: reforzar su infraestructura de IA y consolidar un ecosistema propio con modelos como Llama y nuevas herramientas para redes sociales, asistentes y realidad aumentada.

“No se trata solo de construir inteligencia artificial, sino de integrarla en productos que ya usan miles de millones de personas cada día”, declaró Zuckerberg durante la presentación de resultados. El mensaje caló: los inversores respaldan el viraje hacia la IA, sin abandonar del todo el metaverso.

En el caso de Amazon, la inteligencia artificial se ha vuelto casi invisible, pero no menos decisiva.

La empresa ha introducido IA generativa en múltiples capas de su negocio, desde la logística hasta la atención al cliente, pasando por AWS, su plataforma en la nube, que sigue liderando el mercado global. El grupo alcanzó los 167.700 millones de dólares en ingresos en el segundo trimestre, con un beneficio neto de 18.164 millones. “Estamos viviendo una nueva ola de productividad gracias a la inteligencia artificial”, aseguró Andy Jassy, su CEO.

Apple y Tesla: entre la prudencia y la incógnita

En Cupertino, la situación es algo diferente. Apple firmó un trimestre sólido, con ingresos de 94.000 millones de dólares y un beneficio de 23.434 millones, impulsado por el iPhone -que batió récords con un crecimiento del 13,5%- y su negocio de servicios digitales. Sin embargo, su entrada en la carrera por la inteligencia artificial ha sido más tardía y cautelosa que la de sus competidores.

Aunque Tim Cook ha asegurado que la IA es una “prioridad estratégica”, Apple se ha centrado en un enfoque conservador, basado en la privacidad, el procesamiento local de datos y la integración gradual de funciones a través de su nuevo sistema Apple Intelligence, que se lanzará este otoño. En sus palabras, la compañía está dispuesta a realizar adquisiciones si es necesario para acelerar ese camino.

Más complicado es el panorama de Tesla, que vio caer sus beneficios un 42% en el último trimestre, en lo que la propia empresa describió como un “punto de inflexión”. Aunque Elon Musk insiste en que el futuro de Tesla pasa por la IA y la robótica, sus resultados no acompañan esa visión. Los márgenes se reducen, la competencia china aprieta, y la falta de avances tangibles en conducción autónoma o vehículos económicos despierta dudas entre los inversores.

Un pulso global por el futuro

En conjunto, las big tech han demostrado una vez más que no solo dominan el mercado, sino que lo están moldeando a su imagen. La inteligencia artificial y la nube ya no son apuestas de futuro: son el corazón del crecimiento actual, la clave de su rentabilidad y la promesa de una nueva fase de concentración y poder digital.

Con Apple reforzando su ecosistema, Tesla en la cuerda floja y los otros cuatro gigantes en plena aceleración inversora, el mapa tecnológico global se estrecha. Falta por conocer el papel que jugará Nvidia, cuyos resultados aún no se han presentado, pero cuya tecnología está en la base de casi todas las iniciativas de IA que protagonizan este nuevo orden digital.

Aún es pronto para saber si la inteligencia artificial será o no una burbuja que se acabe pinchando, pero, por ahora, la pugna entre los gigantes tecnológicos se acelera. No con los resultados del próximo trimestre en mente, sino con el objetivo de ser decisivos en ese mundo futuro que ya está aquí.

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