Los toros de Victoriano del Río propician un encierro muy veloz y sin heridos
El recorrido total de la carrera se cubrió en tan solo dos minutos y once segundos
Los toros de la ganadería madrileña de Victoriano del Río protagonizaron un sexto encierro de Sanfermines rapídisimo, noble y limpio, que no dejó heridos por asta. Victoriano del Río, una ganadería habitualmente rápida, hizo honor a esa tradición y cubrió el recorrido del encierro en 2 minutos y 11 segundos, dejando una hermosa carrera en Estafeta, con una manada muy estirada y sin cabestros, permitiendo bonitas carreras a los mozos, especialmente al final de la calle, cuando los astados bajaron algo su fuerte ritmo. El encierro, el más rápido de estas fiestas, comenzó puntual a las ocho de la mañana, cuando los cabestros encabezaron la salida de la manada desde los corrales de Santo Domingo.
Poco después de arrancar la carrera, uno de los astados comenzó a tomar la cabeza del grupo imprimiendo un fuerte ritmo a la manada. En esta zona los toros apenas miraron a los mozos que quedaban a sus lados. Entrando a la plaza del Ayuntamiento, eran ya tres los toros que iban en cabeza y al final de Mercaderes el astado que lideraba la carrera derribó con el pitón a un mozo, que se vio superado por la fuerte velocidad de la manada. En este mismo punto, otro corredor pasó también apuros, pero salvó la caída. Los toros enfilaron así la calle Estafeta, con la manada muy estirada y algo separada.
Esa situación fue propicia para que los mozos pudieran correr delante de las astas de los toros, si bien el fuerte ritmo de los bureles dificultó la tarea a los mozos. La manada, que se agrupó algo más en este tramo, ha cubierto la curva de Telefónica por la derecha y enfiló la bajada al callejón hasta entrar en los chiqueros de la plaza de toros sin generar mayores problemas, culminó un encierro que cubrieron con nobleza.
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