Nos encontramos sumidos en plena burbuja de la Seminci vallisoletana, sintonizamos el Imprescindibles dedicado a Agustín Ibarrola, ¿y a quién nos encontramos? Pues a Javier Angulo Barturen, autor del libro Ibarrola, ¿un artista maldito?, que se publicó hace tanto tiempo que entonces no había privadas ni autonómicas. Y sin embargo, el actual director de la Seminci ya estaba allí. Qué duda cabe que Angulo lleva inventariadas varias vidas, que ha sabido reinventarse, y que desde que un buen día decidió enarbolar la bandera del cine español ha luchado como pocos por la causa. Como un jabato.

Sin menospreciar lo ajeno y respetando todos los paladares exquisitos que se dan cine en Pucela, la Seminci número 63 desprende sabor español por todos sus flancos: las Espigas honoríficas dedicadas a Bayona, Fernández, BollaÍn y el programa Versión española así lo atestiguan. Pero es que hay un número considerable de documentales inéditos que desde Valladolid deberían saltar a las pantallas exquisitas de La 2 y alrededores: el dedicado al fotógrafo almeriense Sequier, dirigido por Felipe Vega; las conversaciones con el director de orquesta Jesús López Cobos, de Cristina Otero; la historia de Enrique Granados según Arantxa Aguirre; la nueva visión de la cueva Altamira a cargo de José Luis López Linares; el homenaje a Carmen Maura titulado con gracejo Ay, Carmen dirigido por Fernando Méndez-Leite; Tierras solares, Rubén Darío según Laura Hojman; Moris para contar, de Hernán Zin; Me llamo Gennet, de Miguel Ángel Tobías y Baltasar Lobo de Agustín Remesal, sin olvidar la antología del cine quinqui recopilada por Juan Vicente Córdoba.

Cualquier parrilla televisiva que contase con este material quedaría ennoblecida. Volviendo al Imprescindibles del inicio, es de esperar que algunos de estos trabajos se exhiban en esa ventana privilegiada con que contamos con sólo pulsar un botón del mando.

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