El Xerez se jugaba la vida y Gorosito le daba por vez primera la titularidad a Alustiza, un jugador que sí lo pidió él, no como otros. Enfrente estaba un Zaragoza aparentemente tranquilo que fiaba su creación a Ander, un futbolista que dará mucho que hablar en los próximos años.

Alustiza comenzó el partido con intensidad. Lo mismo se le veía entrando por la banda que bajando al centro del campo a recuperar un balón tras botarse un córner. El argentino está ansioso por demostrar cosas y eso le juega malas pasadas, pero ayer realizó un digno primer tiempo al mostrarse bullicioso y con peligro en muchos momentos.

Un estilo muy diferente es Ander Herrera, mucho más diesel, pero con una calidad que cuando aflora hace daño. Aparece por cualquier sitio del ataque del Zaragoza, juega bien de espaldas y de vez en cuando se anima a regatear buscando algo más que un buen pase.

El argentino estuvo cerca de marcar en una ocasión en la que se quedó solo delante de Roberto, pero su disparo raso fue despejado con el pie por el guardameta del Zaragoza y se quedó con las ganas de decir adiós a Chapín con un gol. Intentaba desmarques y rupturas a la espalda de la defensa maña, pero no le llegaban balones para lucirse.

Tiene esa pinta Alustiza de jugador gambeteador que los árbitros no lo toman muy en serio cuando acaba en el suelo. Será por eso que no pitó falta cuando Jarosik se lo llevó por delante a la media hora con una entrada muy dura en la banda izquierda, que era merecedora incluso de una tarjeta cercana al colorado. Apareció mucho más que Ander, aunque al zaragocista se le ve más futbolista.

Este bilbaíno de 20 años está sonando desde hace tiempo por ser un jugador destacado de la cantera maña, siempre con el Athletic siguiéndole los pasos. Ha destacado en los escalafones inferiores por su calidad y visión de juego y su esperado salto al fútbol de la alta competición marcha por buen camino, sin desentonar, aunque todavía no es ese jugador desequilibrante que esperan que sea sus admiradores.

El caso de Matías Alustiza es diferente porque ha llegado al Xerez con 26 años y tiene la oportunidad de su vida de engancharse al fútbol europeo. Ander tiene andares de jugón, como Valerón. Piernas haciendo una equis y mucha intensidad. Hizo un gol que podría haber ajusticiado a los azulinos si no hubiera llegado después la reacción local. Este jugador sí dará que hablar.