"Ni Barça ni Madrid, mi equipo..."

Xerez y Las Palmas no divirtieron a la grada como se esperaba en un encuentro que estuvo marcado por la expulsión de Ruymán superada la media hora de juego. Además, Chapín, pese a la promoción de localidades, registró una de las entradas más flojas de toda la temporada. La tarde invitaba a tomar el sol y el Barcelona-Real Madrid tira y mucho más cuando el Deportivo, por mucho que se quiera vender otra cosa, no engancha como hace unos años ni va a pasar demasiados apuros para mantener la categoría.

Los pocos seguidores -no llegaron a seis mil- que acudieron al estadio, eso sí, animaron bastante. Los más fieles aguantaron el tipo hasta el pitido final y tuvieron tiempo de recriminar su actitud a los que se marcharon antes del final para seguir el clásico desde el principio.

Al grito de "ni Barça ni Madrid, mi equipo juega aquí" eran despedidos los espectadores que comenzaron a marcharse del estadio en cuanto Jesús Mendoza hacía el 2-0 de la tranquilidad en el minuto 71 y que servía para que el Xerez sumara tres puntos decisivos de cara a su permanencia, dados los resultados cosechados por los equipos de la parte baja de la clasificación.

A medida que el número de seguidores que se marchaba de Chapín era mayor, los cánticos del Fondo Sur eran también mayores. De hecho, el Kolectivo terminó cantando "el que se vaya ahora, que no venga más".

En lo futbolístico, la tarde no dio para mucho más, ya que fue el central canario Herner el que abrió el marcador en un intento de despejar un balón al área de José Mari.

Bueno, también dio para que la afición aplaudiera a Momo en su regreso a la que fue su casa y para que el extremo tuviera que jugar de lateral zurdo por la expulsión de su compañero Ruymán.

Antes del choque, también recibieron un sencillo pero emotivo homenaje Del Pozo y Antonio Benítez, los dos primeros jugadores xerecistas que fueron traspasados a un equipo de Primera, el Betis. El Xerez, la Fundación y la Asociación de Veteranos del Deportivo entregaron a ambos jugadores varias placas y realizaron el saque de honor entre los aplausos de una grada que no les olvida, aunque muchos de los xerecistas que estaban ayer en el campo no les llegaron a ver jugar.