Bochorno y nuevo revés (0-1)
Xerez Cd-San Roque de Lepe B
Los xerecistas encajan su sexta derrota consecutiva en un encuentro marcado por un nefasto arbitraje y que acaba con invasión de campo tras una provocación a la grada del visitante Delgado
Bochorno en La Juventud y sexto revés consecutivo. Pocas veces una derrota puede justificarse únicamente por una nefasta labor arbitral. La actuación de ayer de Carlos Javier Pecino Ramírez es una de esas pocas veces. Que al Xerez le falta gol, sí. Que el equipo de Jesús Mendoza prácticamente tiró la primera parte, sí. Que el Deportivo encajó un gol por un fallo de un Miguel que luego estuvo notable y que salvó a los suyos de encajar más tantos, sí. Pero que el colegiado se cargó el encuentro desde el minuto uno, también. Cualquier aficionado xerecista a estas alturas puede estar indignado con la forma en la que el trencilla malagueño gestionó el choque. Ofreció un curso de parcialidad tanto a la hora de pitar las faltas como de mostrar las tarjetas.
Un conjunto cogido con alfileres tanto deportiva como anímicamente tenía complicado ganar y mucho más cuando a los cuatro minutos recibió un tanto por un error de colocación de su portero en el lanzamiento de una falta lateral a cargo de Delgado.
El Xerez encajó su sexta derrota consecutiva, se sigue complicado su existencia en Primera Andaluza y mucho peor que eso fue la forma en la que acabó el encuentro y los posibles daños que se van a derivar de ella.
El partido fue tenso desde el inicio, los piques entre los futbolistas constantes y al árbitro se le fue de las manos. Su actitud -se empeñó en dialogar con los jugadores para explicarles cada una de sus decisiones y por momentos daba la impresión que pitaba un encuentro de benjamines o alevines a los que quería enseñar las reglas del juego-, lejos de apaciguar los ánimos, sólo provocó que todos se pusiesen mucho más nerviosos y tensos.
El envite llegó al descanso con polémica. Los seguidores azulinos ubicados en la grada antigua de La Juventud increparon a los aurinegros y el colegiado, a petición de los visitantes, mandó llamar a la policía para poder comenzar el segundo tiempo, que arrancó con retraso.
Y la segunda parte terminó como el rosario de la aurora, con una bronca descomunal, en la que hubo hasta invasión de campo. Y es que a Delgado, lateral del San Roque de Lepe B, no se le ocurrió mejor forma de despedirse de los aficionados azulinos que provocándoles, mostrándole sus partes nobles tras ser increpado cuando se retiraba... Carreras, empujones, insultos y la policía nacional poniendo paz e intentando proteger a Delgado.
Antes de todo eso, poco fútbol y pocas oportunidades. El Deportivo sabía lo que se jugaba y entró con ganas al partido pero el gol tempranero le marcó.
Con todo en contra, a los xerecistas les costaba la misma vida llegar con peligro al portal defendido por Contreras, siempre le faltaba acierto en el último pase o en el remate. De hecho, la primera oportunidad no se les presentó hasta el minuto 20, cuando Caro remató de cabeza en el segundo palo un saque de esquina botado por Blanco.
Poco después, fue Pedro (28') el azulino que lo intentó con un duro disparo desde lejos que el portero rechazó y que Quirós mandó alto tras recoger el balón despejado por el meta lepero.
Y Pedro fue el primer protagonista de la segunda mitad, ya que en el primer minuto de la reanudación vio una rigurosísima tarjeta amarilla, que era la segunda y le suponía su expulsión.
Con diez, todavía se ponían las cosas más complicadas a un cuadro azulino muy diferente al del primer tiempo, ya que Mendoza introdujo tres cambios de una tacada buscando poner al menos las tablas en el marcador. Daza, Álvaro y Nene entraron en el terreno de juego en lugar de Quirós, Blanco y Juanma Longa.
Los xerecistas, con más corazón que cabeza y en inferioridad, intentaban hacerse con las riendas del encuentro -Daza probó fortuna por partida doble en dos tiros con mucha intención- pero su rival, agazapado atrás y con la lección bien aprendida, no daba facilidades y explotaba su mejor arma, el contragolpe.
Miguel, a la hora de juego, estuvo inspiradísimo para evitar que Pereira hiciese el segundo tanto lepero, sacando con los pies el colocado remate del ariete aurinegro.
Los minutos volaban y el Xerez, a arreones, lo intentaba cada vez con más ganas pero con el mismo poco acierto. Caro y Alberto Gil (64') acariciaron el gol pero no atinaron y poco después, Contreras metió los puños para sacar un centro de Israel que se envenenó.
En el 86', otra vez pudo llegar la sentencia visitante en una contra bien llevaba por Jiménez que Miguel volvió a desbaratar.
Casi sobre la campana, el veterano Nene estuvo a punto de poner el 1-1 pero su disparo con efecto no entró de milagro. El choque terminó con una doble oportunidad que Caro no pudo concretar y con una bronca descomunal.
Cuando los futbolistas ya se saludaban y cada uno tomaba el camino de su vestuario, Delgado, sin camiseta para que el árbitro no le pudiese identificar, se convirtió en triste protagonista y dedicó a la afición xerecista un gesto impropio de un deportista. Un gesto que a buen seguro no olvidará por la que le cayó luego.
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