Calor, resaca y torpeza de cara a gol

xerez cd | villarreal b · ASÍ SE VIVIÓ EN CHAPÍN

Cansados Chapín acoge la peor entrada de la temporada y el público estalla contra la mala puntería de los suyos

F. Pereira / Jerez

14 de mayo 2012 - 05:02

Una vez más, y van no sé cuantas esta temporada, el Xerez ofreció su cara más oscura, esa cara de apatía y desencanto que ha conseguido aburrir a sus aficionados. ¡Y para eso he venido yo! Se preguntaban algunos al salir del estadio después de pasar calor y padecer un espectáculo mediocre. Por momentos recordó a aquellos partidos de Segunda B de hace años en los que el Deportivo deambulaba por la zona media de la clasificación con más pena que gloria.

Evidentemente el calor fue un problema (en Andalucía, cuando llega una determinada fecha, no se puede jugar a esta hora. Hasta que pase algo...), pero no debe ser excusa porque enfrente el rival también lo padecía. Por eso mismo el público silbó y criticó a los suyos en la primera parte. Sí, esos 4.980 valientes que tuvieron el detalle de acudir al estadio y que, una vez más, soportaron un partido lamentable y en el que la falta de actitud de algunos jugadores es ya vergonzosa. Sólo Maldonado, con sus cabalgadas y detalles, rompió en algún instante la monotonía. Lástima que no estuviera acertado de cara a gol.

A las siete de la tarde, una hora después del inicio, el bochorno seguía a pleno rendimiento, y poco a poco el desgaste se notaba en la cancha. Los jugadores acudían en cada parón a la banda para refrescarse, mientras que en la grada, cualquier utensilio era aprovechado para abanicarse.

La temperatura creció con el 0-1, al no señalar el árbitro una presunta falta a Cámara y por no echar el Villarreal B la pelota fuera al estar tendido el azulino. Fueron instantes de tensión, y la presión pasó del amarillo al azul.

Las muestras de debilidad que había ofrecido el filial, por cierto, de los más flojos que han pasado por Chapín en los últimos años, se trasladaron al equipo xerecista, que cayó en la precipitación. El equipo se rompió en mediocampo, las bandas apenas existieron, y las únicas aproximaciones se produjeron más con el corazón que con la cabeza. Aún así hubo oportunidades claras en boca de gol de José Mari e Íñigo que llevaron la desesperación a los aficionados.

Al final, pitos y abucheos al equipo y en especial a algunos jugadores, de los que se esperaba más esta temporada.

La afición sólo aplaudió con entusiasmo a los chavales de los equipos cadetes A y B, que acompañados de sus técnicos Juanjo Zambrano y Pachi Mancilla, recibieron el calor del público por sus buenas temporadas en sus respectivas categorías.

Menos mal que con lo de Villarreal, todo se ve de otra manera...

stats