Calvo gana por la mano

5 Faltas recibidas 22 Faltas cometidas 63 Balones recuperados 74 Balones perdidos 6

El madrileño destaca sobre el catalán en un duelo que simboliza lo que fue el partido, donde un recién llegado se impone a un rival de talla internacional

Francisco José Jiménez / Jerez

19 de octubre 2009 - 05:02

Un equipo plagado de jugadores llegados de Segunda se impuso a otro plagado de internacionales. En esos mismos parámetros se vivió el enfrentamiento entre Carlos Calvo y Capdevila, en el que el xerecista resultó vencedor a los puntos. Fue un duelo inconstante por la movilidad del madrileño, pero quedó claro que un recién llegado a la elite puede amargar la tarde a todo un campeón de Europa.

El caso de Carlos Calvo es llamativo. Durante buena parte de la pasada campaña ni siquiera se podía considerar titular de este equipo, pero acabó la temporada a un buen nivel y ahora está demostrando haber asimilado perfectamente el cambio de lo que supone jugar en Primera, algo que no puede decirse de todos sus compañeros. El madrileño desborda y casi siempre intenta el regate, siempre es vertical. Es intermitente y en el partido de ayer fue de más a menos, pero da la cara y es un futbolista que aporta, por mucho que falle goles claros como sucedió tras el enésimo mal despeje de Diego López.

El caso de Capdevila es diferente. Ya es un jugador consagrado al primer nivel y su currículum empieza a asustar. Medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Sidney, dos veces campeón de la Supercopa de España con el Deportivo, campeón de Copa con ese mismo equipo, campeón de Europa con la selección... Además, hay que atribuirle el mérito de acabar con el estigma que perseguía a la selección nacional en los últimos años, que sufría en sus carnes la aparición de laterales zurdos absolutamente prescindibles, como pasaba en casos como los de Aranzábal y Raúl Bravo.

Ayer venía de hacer historia con el combinado de Del Bosque y daba la impresión de que se esperaba una tarde más tranquila en el campo del último clasificado. Por eso cuando empezó a ver que un tal Carlos Calvo era capaz de regatearle y de inquietar a media defensa, se le comenzó a agriar el carácter. Es un habitual protestador al más puro estilo de Fernando Hierro y ayer montó en cólera, como no podía ser de otra manera.

Los que estén viendo los partidos del Xerez estarán viendo que dentro de un discreto nivel general destaca un extremo bullicioso que queda libre el próximo 30 de junio. El club ya le ha hecho una oferta para renovar, pero por el momento está lejos de convencerle y la cosa está complicada. Sabe que es una temporada muy especial para él porque se juega su futuro. Será por eso que no disimula cuando tiene que quejarse del pésimo estado del césped de Chapín. Así no hay quien juegue.

Y fíjate por dónde, la acción que pasará a la posteridad no la protagonizó Carlos Calvo con los pies, sino con la mano. Supuestamente, tocó el balón con esa parte de su cuerpo en la acción previa al gol de Antoñito. El primer triunfo del Xerez en Primera y mucho por celebrar.

Capdevila mostraba su enfado porque no quiere que un descenso estropee su carrera a estas alturas de la película. Próximo a cumplir los 32 años, no entra en sus planes que se ensucie la recta final de una trayectoria que sufrió ayer un golpe inesperado.

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