En Chapín, 90 minutos son 'molto longo'

Decía el genio malagueño Juanito que noventa minutos eran molto longo en el Santiago Bernabéu por aquello del sufrimiento que esperaba a los rivales en las mágicas noches europeas merengues. En Chapín existe una nueva versión: noventa minutos son molto longo... pero para la afición local.

Y es que los 6.216 espectadores que ayer registró de entrada Chapín vieron a su equipo sufrir lo indecible para sumar el tercer triunfo de la temporada en el coliseo jerezano ante un Lugo que capitalizó el posesión de balón pero que adoleció de pegada.

Sin ser una primera parte para tirar cohetes, el Deportivo se agarró a las subidas de Raúl Cámara por la banda derecha, por donde llegó el poco peligro que los de Esteban fueron capaces de crear. Por ahí llegó el único tanto del partido en una cabalgada de Cámara que superó a Manu, lateral izquierdo de grato recuerdo para el xerecismo más recalcitrante al ser el hombre que marcó el último penalti que le dio el ascenso al Lugo en el Ramón de Carranza hace pocos meses.

Definitivamente, el Lugo se adueñó del balón en la segunda mitad y metió atrás al Xerez. El runrún en la grada, salvo la zona del Kolectivo, tan animada como siempre, era cada vez más evidente hasta que emergió la figura del de negro.

Y es que si la tarde se presentó inesperadamente fría, el colegiado balear Sureda Cuenca se encargó de calentar el ambiente con sus decisiones. Primero expulsando a Sidi Keita. El árbitro aplicó un curioso criterio ayer: todas las manos de jugadores del Xerez eran castigadas con amarilla; las de los jugadores del Lugo se quedaron en meras faltas. Y claro, el cabreo del personal fue in crescendo.

Y más que subió cuando Iago Buzón vio su segunda amarilla por perder el tiempo en el saque de una falta. Y definitivamente el ambiente se caldeó al mostrar la roja a Bruno Herrero cuando el jerezano abandonaba el terreno de juego en camilla y semi inconsciente.

Así que el Xerez ganó por segunda semana seguida, sin jugar bien y acabando con ocho ante un rival que le superó en producción futbolística. El día que el árbitro no eclipse al fútbol, ¿qué diremos?