El camerunés Achille Emana tiene muy difícil jugar el encuentro que el sábado medirá en el Villamarín a Betis y Xerez Deportivo. El internacional se lesionó ayer en el choque que su equipo disputó ante el Celta en el que se produjo un fuerte esguince de tobillo que le obligó a abandonar el estadio en muletas y, a la espera de las pruebas a las que se someterá hoy, estará al menos dos semanas apartado de los terrenos de juego.

El doctor del equipo verdiblanco, Santiago Pérez Hidalgo, explicó al término del encuentro que "se le ha quedado el pie atrapado en el césped, pero hasta que no le hagamos los exámenes médicos no podemos concretar. Eso sí, no parece una lesión grave, así que puede que esté en dos semanas", manifestó el galeno, quien, en un principio, se temió algo peor: "Por la manera en la que se produjo la acción temíamos que fuera algo de rodilla, que podría haber sido más grave".

El propio Emana le quitaba trascendencia al asunto. Con su habitual sonrisa, el camerunés recibía las atenciones de todos y declaraba que "he metido la pierna y se me ha quedado cogida en el suelo. He sentido mucho dolor, pero hay que esperar a mañana a conocer qué tengo".

A la espera de conocer el diagnóstico definitivo del ex del Tolousse, Pepe Mel deberá estar también pendiente a la evolución de otros jugadores como el mediocentro Beñat, que acabó el partido con molestias musculares, y del lateral portugués Miguel Lopes, quien sufrió un fuerte golpe en la nariz tras chocar con Trashorras. De cualquier forma, todo hace indicar que el defensa no tendrá problemas para jugar el sábado, toda vez que después de ser explorado tras el encuentro se comprobó que no sufría ningún tipo de fractura, como se pensó al principio.