Osma: "Estoy viviendo los peores días de mi vida"

El expresidente azulino pierde dos de las cuatro propiedades que le sacan a subasta, un apartamento en Rota y una plaza de garaje en Jerez

Osma: "Estoy viviendo los peores días de mi vida"
Osma: "Estoy viviendo los peores días de mi vida"
M. Romero

25 de abril 2013 - 05:02

Carlos Osma vive los momentos más amargos de su vida de una forma totalmente injusta y por unos motivos que nunca llegó a imaginar cuando con toda la ilusión del mundo aceptó el cargo de presidente del Xerez sustituyendo a Joaquín Bilbao.

El exmandatario azulino se temía lo peor y ayer se confirmaron los peores presagios. Perdió dos de las cuatros propiedades -un apartamento en Rota y una plaza de garaje en centro de Jerez- que le sacaron a subasta debido a la responsabilidad solidaria que le cae por la deuda de la entidad azulina con la Seguridad Social.

Osma, poco a poco, va asimilando la complicada situación a la que ha tocado hacer frente pero confiesa apesadumbrado que "estoy bastante mal. Esto es una pesadilla, nunca llegué a imaginar que pagaría mi xerecismo de esta manera. Desde que murió mi padre, nunca había sufrido tanto. Lo único que he hecho es servir al club en el que un día jugué. Me siento traicionado por muchas personas, especialmente por los dirigentes de la entidad en estas últimas temporadas".

El jerezano relata que "no hay solución. A primera hora nos personamos en Cádiz, había varias personas que han pujado por las propiedades y se las han llevado a mitad de precio. Ahora sólo me queda que la Seguridad Social realice la liquidación de las propiedades subastadas para actuar luego contra el Xerez pero todo es complicado. He recurrido, lógicamente, y a ver qué conseguimos. Lo peor es que yo ya no tengo esas propiedades y con ellas se van los recuerdos, la infancia de mis hijos... Las otras dos propiedades no se han subastado porque tiene cargas. Mi domicilio particular tiene hipoteca y por ahí me he librado por ahora y el otro local lo tengo compartido con mis hermanos. Las propiedades han salido por unos 80.000 euros, cuando el valor era mucho más alto, casi el doble. Esa cantidad no lo cubre todo, así que continúa el calvario".

El exportero xerecista no quiere echar la vista atrás porque aún sufre más pero lo hace y asegura que nadie les advirtió realmente de lo que les podía pasar con sus bienes con el tema de la responsabilidad y que cuando se lo comentaron ya era tarde. "En su momento, mantuvimos conversaciones con la LFP y con los concursales para explicarnos este tipo de responsabilidades pero poco más. Yo confíe en Morales y en esas personas que estaban en el club y me han traicionado. Los concursales siempre nos comentaron que poco podían hacer y una de las medidas que se trató fue la de hacer frente a la deuda entre todos para que la carga no fuese tan elevada. No culpo a nadie, me culpo a mí mismo porque debería haber conocido lo que me podía pasar estando en un consejo. Nunca pensé en ese tipo de responsabilidad".

Joaquín Morales le llamó el pasado martes para explicarle que no podía hacer nada. Él hoy también le manda un recado. "Morales ni es persona ni es nada. Tuvo el valor de llamarme para echarme en cara lo que estaba contando. Me dijo que él no tenía la culpa de nada y yo digo que la tendrá mi madre, que es la que más está sufriendo con todo este tema. Me prometió cosas que ha olvidado. Le diría muchas cosas pero es que no merece ni la pena. Él sabrá lo que ha hecho y cómo se ha portado con nosotros. Dios es justo y al final todo se acaba pagando en esta vida. Bueno, igual le llamo para darle las gracias...".

Vive una situación dramática, su familia le arropa y "también muchísima gente me anima por la calle. Ha muchos xerecistas que me están apoyando y esos gestos de cariño en momentos tan duros se agradecen. Yo todavía soy joven, tengo salud, una familia increíble y muchas ganas de volver a levantarme. Con salud y ganas de trabajar intentaré superar este trance. Los bienes materiales es casi imposible que los recupero pero por el importante económico de los mismos no voy a seguir peleando. Aquí hay un problema. La Tesorería, aunque el club desaparezca, seguiría su curso y yo esa deuda la tendré siempre ahí".

En su día, presentó la dimisión por problemas personales y por las amenazas que recibió tanto él como su familia. Desde aquel momento, "no he vuelto a Chapín. Sigo la trayectoria del equipo por la prensa pero no he pisado el estadio. Aquellos momentos también fueron muy duros y mi familia es lo primero. Los hechos están ahí, han sucedido muchas cosas y no he vuelto. No han habido ganas de solucionar el problema, creo que la temporada de Primera aportó a la entidad suficientes ingresos como para haber abonado esa deuda. Estamos hablando de 300.000 euros, una cantidad factible para las que se manejan en el fútbol. Yo no comprenderé nunca qué ha pasado con ese dinero. Creía que con el ascenso a Primera se solucionarían muchos problemas pero a a larga han habido más, hasta entramos en concurso".

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