Bernardo Schuster y Esteban Vigo, exentrenadores del Xerez CD y compañeros en el FC Barcelona en los primeros años de la década de los 80, han cumplido un año más con la tradición de acudir juntos a la Feria del Caballo. Los dos extécnicos azulinos han acudido al Real del González Hontoria junto a sus esposas, Elena Blasco y Geny Ustarroz, además de una pareja de amigos, Pep Clapés y Ana Díaz, y han pasado un rato agradable en la caseta de Diario de Jerez, la número 20 del paseo principal del recinto ferial.

El centrocampista alemán y el malagueño se conocieron en sus etapas en el FC Barcelona, donde coincidieron un total de siete temporadas, de la 80/81 a la 86/87. En aquella etapa ganaron la Recopa de Europa, una Liga, dos Copas del Rey, dos Copas de la Liga y una Supercopa de España.

Posteriormente, el otro nexo de unión que tienen es el Xerez CD. Schuster fue la gran apuesta de Luis Oliver tras el salto a Segunda División A en la campaña 2001/2002. El alemán realizó un trabajo formidable y estuvo a punto de lograr el ascenso a Primera, que se truncó con la vuelta del equipo a Jerez tras el destierro de Sanlúcar por la batalla que libraban por entonces el alcalde Pedro Pacheco con Oliver. Un año después, mantuvo al Deportivo en la parte alta, siendo destituido por Gil Silgado a falta de tres jornadas con el equipo quinto y la categoría salvada.

Esteban Vigo, por su parte, es historia viva del Xerez CD, al que ha dirigido en varias ocasiones. En la temporada 2003/04 sustituyó en el banquillo a Carlos Orúe y mantuvo al equipo en Segunda. Al igual que Schuster, Gil Silgado lo destituyó a falta de tres jornadas, también con la permanencia en el bolsillo, debido a las desavenencias que mantenían por los impagos a los jugadores. Regresó en la campaña 07/08 para salvar al equipo del peligro de un nuevo descenso y la temporada siguiente logró el mayor hito del club con el ascenso a Primera División aquel inolvidable 13 de junio de 2009. Su última etapa fue hace dos temporadas cuando tomó las riendas en Tercera tras la destitución de Joaquín Poveda, sin conseguir el ansiado ascenso a Segunda RFEF.

Precisamente esa temporada y gracias a la amistad de Schuster y Esteban, el alemán sufragó una veintena de entrenamientos del equipo en las instalaciones del Hotel Montecastillo.